La respuesta es: posiblemente mucho.
También las cajas negras podrían contener información vital. El grabador de voz de la cabina de mando habría registrado el ruido de un misil. Los grabadores de datos, que registran la posición y altura del avión, permitirían cotejar esa información con la del lanzamiento de un misil en la zona.
"Se puede recorrer el camino inverso y de esa manera determinar con un grado de certeza relativamente alto el lugar de donde partió el misil", dijo Chris Yates, un especialista en aviación en Manchester, Inglaterra. "Si ese lugar está en territorio bajo control rebelde, como todos sospechamos, se podría apuntar el dedo acusador hacia allí".
Pero mientras las familias abrumadas aguardaban el arribo de los restos de sus seres queridos y los investigadores esperaban que los rebeldes entregaran las cajas negras, observadores independientes advertían que los separatistas prorrusos habían alterado los restos y no habían montado guardia efectiva sobre el lugar. Washington y sus aliados sostienen que los rebeldes tratan de encubrir las pruebas de que derribaron el avión.
Yates advirtió que los rebeldes ya pueden haber frustrado la investigación.
"Lo que se gana, desde luego, es la posibilidad de que cualquier prueba restante de un ataque con misil se puede borrar", dijo. "Diría que ése es el fondo del asunto".
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