El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la ofensiva continuará "el tiempo que sea necesario" para poner fin a los ataques desde Gaza contra civiles israelíes.
Pero Hamas se mantiene desafiante, los esfuerzos internacionales por un cese el fuego están empantanados y las críticas internacionales suben de tono a medida que aumenta la cifra de palestinos civiles muertos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó de "atroz" la más reciente incursión israelí y dijo que debe hacer más para proteger a los civiles.
En Israel, la opinión pública tendrá problemas para tolerar el aumento de bajas entre sus militares en una campaña sin fecha tope establecida.
Ya hoy domingo, las muertes fueron las mayores en un solo día desde la guerra de Israel con Líbano en 2006.
La feroz batalla en el vecindario Shijaiyah de Ciudad Gaza ocurrió en el tercer día de la ofensiva terrestre israelí, que fue precedida por una campaña de ataques aéreos de 10 días.
Por lo menos cuatrocientos treinta y dos palestinos han perdido la vida, y más de 3,000 han resultado lesionados en las últimas dos semanas.
La batalla de hoy domingo comenzó cuando tropas israelíes apoyadas por tanques entraron en el densamente poblado distrito de Shijaiyah a primeras horas de este día, donde encontraron un "enorme" nivel de resistencia de combatientes de Hamas, que dispararon cohetes antitanques, granadas autopropulsadas y fuego de armas automáticas desde casas y edificios, dijo el teniente coronel Peter Lerner, portavoz del ejército israelí.
"Se abrió la puerta del infierno y la metralla entró por las ventanas", dijo Jawad, vecino del barrio, en conversación telefónica.
"La casa se estremeció, así que salí con mi madre, mis hijos y mi hermano en busca de refugio en una construcción cercana".
Al amanecer se hizo evidente la extensión de la devastación: por lo menos 65 palestinos perdieron la vida y casi 300 resultaron heridos, dijeron funcionarios de salud de Gaza, mientras que docenas de viviendas quedaron dañadas o destruidas.
Decenas de heridos de Shijaiyah fueron llevados al hospital Shifa, el más importante de Gaza.
Padres agitados cargaban a niños ensangrentados, heridos por la metralla, y la sala de emergencia pronto quedó desbordada, lo que obligó a los doctores a atender a algunos pacientes en camas colocadas en los pasillos.
Durante una pausa breve de los ataques impulsada por la Cruz Roja, los paramédicos ingresaron al vecindario para recuperar cadáveres, a los que sacaron de entre los escombros en que quedaron reducidas algunas casas.
Decenas de viviendas a lo largo de varias calles fueron destruidas o quedaron dañadas de gravedad, una escena que recordó la última incursión israelí en Gaza, ocurrida hace más de cinco años, cuando grandes zonas vecinas a la frontera israelí quedaron devastadas.
En el último recorrido de la zona el domingo por la tarde, rescatistas escucharon la débil voz de una mujer entre los escombros de una vivienda.
"Estoy aquí con mi esposo y una sobrina", dijo la mujer.
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