Patricia Carrasco
Que el Estado asuma la deuda de Petróleos Mexicanos como algo positivo, no justifica, de forma alguna, la opacidad, la falta de rendición de cuentas y la corrupción porque un gremio, nacido de la lucha, abusó de sus derechos hasta comprometer el futuro de los trabajadores, consideró la Arquidiócesis de México, al recalcar que Pemex debe ser saneado para ser una empresa productiva y competitiva de cara a la apertura del sector.
En su opinión, el escándalo es que los contribuyentes barran la basura para justificar la excelencia de la empresa... Y por esa misma ruta camina la Comisión Federal de Electricidad.
En el editorial: ¿Salvar a Pemex?, del semanario católico "Desde la fe", la Iglesia Católica capitalina afirmó que la Reforma Energética pretende que nuestros recursos sean mejor aprovechados, pero parecería eclipsada por el daño financiero de una empresa que ha sido botín de pocos y lastre para los contribuyentes.
Los números negativos aparecen cuando, en lugar de invertir, se gastó en prestaciones increíbles o cuando el producto de la riqueza del subsuelo, simplemente, desapareció, indicó.
Así lo reconoce el dictamen sobre la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de las Comisiones Unidas de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, cuando describe los privilegios que inflaron las deudas de la paraestatal: pensiones "más generosas" que las del IMSS y el ISSSTE, mayores obligaciones devengadas de pasivos laborales, lastres en sus finanzas.
La solución -según el dictamen- es la intervención del gobierno federal, siempre y cuando el Sindicato de los Trabajadores Petroleros modifique el contrato colectivo para reducir el pasivo laboral.
Petróleos Mexicanos (Pemex) nació de una lucha. En 1936, los agremiados del sindicato petrolero presentaron un histórico contrato colectivo a las empresas transnacionales.
Entonces vino una breve huelga que originó una controversia de salarios caídos y los tribunales favorecieron al sindicato, ordenando a los patrones el pago de sus obligaciones; los empresarios se declararon en rebeldía al no acatar los fallos judiciales y el Presidente Lázaro Cárdenas ordenó la expropiación de los bienes del sector, dando acta de nacimiento a Petróleos Mexicanos.
Que el Estado asuma la deuda de Petróleos Mexicanos como algo positivo, no justifica, de forma alguna, la opacidad, la falta de rendición de cuentas y la corrupción porque un gremio, nacido de la lucha, abusó de sus derechos hasta comprometer el futuro de los trabajadores, consideró la Arquidiócesis de México, al recalcar que Pemex debe ser saneado para ser una empresa productiva y competitiva de cara a la apertura del sector.
En su opinión, el escándalo es que los contribuyentes barran la basura para justificar la excelencia de la empresa... Y por esa misma ruta camina la Comisión Federal de Electricidad.
En el editorial: ¿Salvar a Pemex?, del semanario católico "Desde la fe", la Iglesia Católica capitalina afirmó que la Reforma Energética pretende que nuestros recursos sean mejor aprovechados, pero parecería eclipsada por el daño financiero de una empresa que ha sido botín de pocos y lastre para los contribuyentes.
Los números negativos aparecen cuando, en lugar de invertir, se gastó en prestaciones increíbles o cuando el producto de la riqueza del subsuelo, simplemente, desapareció, indicó.
Así lo reconoce el dictamen sobre la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de las Comisiones Unidas de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, cuando describe los privilegios que inflaron las deudas de la paraestatal: pensiones "más generosas" que las del IMSS y el ISSSTE, mayores obligaciones devengadas de pasivos laborales, lastres en sus finanzas.
La solución -según el dictamen- es la intervención del gobierno federal, siempre y cuando el Sindicato de los Trabajadores Petroleros modifique el contrato colectivo para reducir el pasivo laboral.
Petróleos Mexicanos (Pemex) nació de una lucha. En 1936, los agremiados del sindicato petrolero presentaron un histórico contrato colectivo a las empresas transnacionales.
Entonces vino una breve huelga que originó una controversia de salarios caídos y los tribunales favorecieron al sindicato, ordenando a los patrones el pago de sus obligaciones; los empresarios se declararon en rebeldía al no acatar los fallos judiciales y el Presidente Lázaro Cárdenas ordenó la expropiación de los bienes del sector, dando acta de nacimiento a Petróleos Mexicanos.
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