El pescador Rodríguez Noyola, en entrevista desde su casa ubicada en la Colonia Alta la Laja, recordó su hazaña que le permitió sobrevivir, porque tenía fe y esperanza de lograrlo.
"Yo tenía esperanza de vivir porque veía Acapulco cerquita, su reflejo me quedaba casi encima, yo dije si vienen los fuertes vientos del lado sur o suroeste, me va a sacar a tierra", refirió.
Relató que el domingo 14 de septiembre salió junto con su capitán, Mario Morales Mayo, de 69 años de edad, a bordo de la lancha Tiburonero III a pescar rumbo al punto conocido como Santa Rosa.
"Ahí quedamos a 6 millas del puerto, traíamos una hielera llena de pescado de cazón, pero la lancha venía pesada y se volteó por el oleaje", en ese momento Raymundo Rodríguez preguntó a su capitán y amigo desde hace 16 años, qué tenían que hacer, la respuesta que obtuvo fue "nada".
Ante esto, expuso que él no se desesperó, mejor tomó una hielera, con una cubeta le sacó el agua, le puso un tapón de corcho y se metió en ésta; sin embargo, su compañero nadó sin rumbo en medio del fuerte oleaje, por lo que Ramírez le insistió que entrara también en la hielera.
Aunque los dos intentaron permanecer a salvo dentro de la hielera, ésta se volteó y los dos pescadores estuvieron colgados y esperaron a que amaneciera porque ya era de noche y las olas estaban altas; cuando volvieron a intentar subirse de nuevo, sostuvo que ofreció a su capitán carne de la que había consumido pero se negó.
No recuerda ni el día en que estaba, pero dice que fue alrededor de las 13:00 horas cuando su amigo murió debido a la deshidratación, éste permanecía sentado dentro de la hielera y después lo amarró a la embarcación.
La tarde del lunes 22, el pescador fue rescatado por los tripulantes del velero "U-Fin" a 6 millas náuticas al suroeste de la Isla de la Roqueta, donde fue encontrado amarrado a una hielera con quemaduras de segundo grado y severa deshidratación, por lo que fue trasladado al hospital.
El pasado miércoles 24, alrededor de las 18:30 horas, Raymundo Rodríguez salió del hospital y fue trasladado a su domicilio en Acapulco, donde permanecerá todavía con medicamentos y en reposo debido a los cuatro kilos que perdió durante el naufragio.
Desde hace 18 años el superviviente se dedica a la pesca, con lo poco que obtiene del mar mantiene a su familia, aunque reconoció que a veces le va mal.
Acompañado de su madre Adelaida Noyola Candela y sus dos hermanas, quienes se encargan de su recuperación, pidieron ayuda a las autoridades gubernamentales, porque mientras esté en recuperación no podrá trabajar y por lo tanto recibir ingresos.
La búsqueda no fue la adecuada, y sus hermanas señalan que a pesar de la respuesta obtenida por parte de autoridades fue inmediata, los buscaron a 30, 50 y 100 millas, cuando él se encontraba a 6 millas cerca de Acapulco, refirió el náufrago.
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