Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
Ahora tendrá que vivir con la ausencia de sus progenitores que ayer al mediodía fueron baleados en la calle Ferrocarril Hidalgo de la Colonia Vasco de Quiroga.
Testigos de los hechos, detallaron que la familia viajaba a bordo de un auto blanco, Stratus con placas de circulación LVX-23-49 del Estado de México, que todo iba bien, pero de pronto el hombre que fue identificado como Eduardo Landeros, de 41 años de edad, paró la marcha del automotor y se estacionó en la referida calle, y de pronto se le acercó un sujeto que le disparó en la cabeza.
Al ver Araceli Magali, de 23 años de edad, que el hombre caía sin vida en la banqueta, abrió la puerta para ir en su ayuda, pero no alcanzó a llegar, ya que tras descender se le acercó el individuo y le metió un tiro en la cabeza.
Todo se convirtió en un caos, debido a que en el asiento trasero se encontraba una pequeña niña de la pareja y se temió lo peor: que el sujeto atentara contra ella.
Por fortuna no fue así, luego de ver que la pareja se encontraba en medio de charcos de sangre, el sicario se retiró a toda prisa del lugar, pero sin dejar el arma, ya que para evitar que alguien lo intentara detener les apuntó a los transeúntes, quienes se tiraron al suelo para evitar ser agredidos mientras impotentes veían cómo se alejaba a toda prisa el homicida.
Cuando ya no corrían peligro, una mujer se abalanzó al auto y abrazó a la niña de aproximadamente tres años de edad que se encontraba en el asiento trasero; con gran rapidez la revisó para percatarse que no había sido lesionada, pero se encontraba bien, siendo entonces ese el momento en que se percataron que Araceli Magali se movía, por lo que se solicitó la presencia de los paramédicos.
No tardaron mucho en llegar los paramédicos y tras establecerla al brindarle los primeros auxilios, la subieron a una camilla y de ahí a la ambulancia.
Se informó que sería trasladada al Hospital de La Villa; sin embargo, minutos más tarde se notificó que había dejado de existir antes de llegar al nosocomio, porque tenía un balazo en la cabeza y esa lesión fue fatal para ella.
Más tarde hizo acto de presencia el agente del ministerio público de la Coordinación Territorial GAM-4 y los peritos, quienes explicaron que el hombre tenía un disparo de arma de fuego en la frente, así como una lesión ocasionada por un golpe, lo que le provocó una muerte instantánea, ante lo cual fue trasladado al anfiteatro delegacional, al igual que Araceli, donde se les practicó la necropsia de ley.
En tanto, varios testigos oculares de los hechos, fueron presentados ante el agente del ministerio público para que declararan sobre cómo ocurrieron los hechos, pero trascendió que se encontraban renuentes a decir su versión, lo que hace sospechar que se trató de un ajuste de cuentas entre dos personas que tenían rencillas, aunque eso será lo que le corresponde aclarar a la autoridad de la PGJDF
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