Patricia Carrasco
A través del sistema informativo de la Arquidiócesis de México, recordó que "el programa se anuncia con bombo y platillo, el programa, según se anuncia, es una buena oportunidad para adquirir algunos productos".
Argumentó que la sana economía familiar y su beneficio presente y futuro; la prevención y el ahorro deben ser criterios imperantes antes de hacer gastos innecesarios o impulsivos.
Sin embargo, las vitrinas pueden ser espejismos que perjudiquen al consumidor, si no actúan con responsabilidad y realismo ante los ingresos que se tienen y la capacidad de pago de la cual se dispone. Las tarjetas de crédito pueden ser armas de doble filo.
Sostuvo que la palabra evangélica advierte de lo efímero de los bienes materiales: "no acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón".
El impuso consumista al que motiva la publicidad y la moda pueden ser peligrosos para la economía personal o familiar si no va de la mano del freno de la prudencia y del cabal raciocino al momento de comprar.
Citó que el Papa Francisco, al hablar sobre el desequilibrio entre los sectores económicos, ha insistido en la necesidad de realizar "reformas profundas que prevean la redistribución de la riqueza producida y la universalización del mercado al servicio de las familias"
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