Raúl Macías
Trabajos de inteligencia realizados por un grupo de élite de la Policía Federal dieron como resultado la ubicación y detención del expresidente municipal de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Angeles Pineda Villa, cuando dormían en un cuarto de vecindad, localizado en el número 50 de la calle Cedros, en la Colonia Tenorios, en Iztapalapa.
Desde la noche del lunes, todo se tenía planeado, y mediante una exhaustiva investigación en la Delegación Iztapalapa se logró ubicarlos en uno de los cuartos de una vivienda que parecía abandonada, por lo que se realizaron acciones que llevaron finalmente a dar con el paradero del exalcalde prófugo y su esposa.
Al tener la certeza de que se trataba del exedil de Iguala y de su esposa, quien presuntamente tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, en el 2009, asumió el mando del grupo criminal "Guerreros Unidos", responsables de la desaparición de 43 estudiantes normalistas entre el 26 y 27 de septiembre pasado, se implementó un discreto operativo.
Varias horas después de que se logró el aseguramiento de exedil de Iguala, Guerrero, y su esposa, vecinos de casas aledañas salieron de sus viviendas para ver lo que ocurría, al descubrir que fotógrafos y camarógrafos de los diversos medios de comunicación se encontraban en las afueras de la vecindad marcada con el número 50 de la Calle Cedros, en la Colonia Tenorios.
Debido a que la vecindad no se encontraba resguardada por elementos de la Policía Federal ni tampoco de corporación policial de la ciudad de México se acercaron para enterarse sobre lo que ocurría, al conocer que en ese lugar permaneció oculta la "Pareja Imperial", no daban crédito a que "dormían con el enemigo", y tras conocer la situación, disimuladamente, se colocaban fuera de sus casas.
Y es que algunos de los vecinos aseguraron que no escucharon nada en la madrugada, durante el aseguramiento del expresidente municipal de Iguala y su cónyuge; en su momento altas autoridades de la Policía Federal aseguraron que se trató de un operativo discreto, en donde el único ruido que se escuchó fue el del ariete que se utilizó para abrir el zaguán.
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