Noel F. Alvarado
El nuevo sistema de justicia penal entró en operación en la CDMX, luego de seis años de capacitación intensa de policías, investigadores, jueces y otros funcionarios, que pone fin a siglos de una justicia criminal escrita, que propiciaba procesos muy prolongados.
En un acto simbólico, el jefe de gobierno, Miguel Angel Mancera Espinosa, con un martillazo puso en marcha 40 salas dedicadas a juicios orales, previo a otras 40 que desde febrero se dedicarán también a escuchar directamente a los ciudadanos, una vez derrumbado el muro de expedientes que los separaba.
El histórico evento para la ciudad fue celebrado en el Altar a la Patria, de la primera sección del Bosque de Chapultepec, con la presencia de los presidentes de los otros dos poderes de la CDMX, Edgar Elías Azar, del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) y Manuel Granados Covarrubias, de la Asamblea Legislativa (ALDF).
Como representante de la autoridad federal que comparte jurisdicción con autoridades locales acudió el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.
Los avances que presenta el nuevo sistema son muchos, pero entre los más importantes está que las personas en caso de accidentes viales podrán abstenerse de acudir al ministerio público cuando se vean impedidos a llegar a un acuerdo.
En lugar de enfrentarse a la posibilidad de ser parte de un proceso penal, tendrán -desde ayer viernes- la opción de acudir frente a un árbitro que apoyado por muchos especialistas mediará entre las partes para alcanzar un acuerdo pronto y conveniente.
En igual caso estarán las personas que sean víctimas de acoso sexual, estupro y daño en propiedad, delitos que se persiguen a petición de parte o que son causados por negligencia y que en su conjunto representan el 58 por ciento de la incidencia delictiva en la entidad.
Otro gran beneficio para los ciudadanos será disminuir la posibilidad de ser sentenciados de forma injusta por un juez, una vez que todos los procesos serán grabados en video, lo que se traducirá en una vigilancia constante para las decisiones judiciales.
Asimismo, en sustitución de la frialdad de los juicios escritos, tanto víctimas como acusados, podrán sentir el apoyo de sus familiares y amigos que quieran acompañarlos durante audiencias que, además, serán públicas para todo aquel que lo desee
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