Raúl Macías y OEM-agencias
Como "un enfermo, un gran enfermo" calificó el Papa Francisco a Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo, y contra quien pesan diversas denuncias por violación de menores, pero que en ese caso hubo encubrimiento, porque no sería raro que el prelado por ahí tuviera un "padrinito", y reconoció que con un caso de pederastia hace que se mueva toda la estructura de la Iglesia Católica.
En una entrevista difundida por Radio Vaticano, el sucesor de Pedro declaró: "cuando me enteré del 'escandalazo' realmente me dolió mucho, me escandalicé. ¿Cómo esta persona pudo llegar hasta esto? Evidentemente era una persona muy enferma, porque además de todos los abusos, creo que había dos o tres mujeres de por medio, hijos con una o con otra".
El Sumo Pontífice aseguró que el padre Marcial Maciel movía mucho dinero, en este caso como otros, "la corrupción empieza por los bolsillos", insistiendo a la vez que al haber cometido los abusos sexuales de que se le responsabiliza eso habla de que se trataba de "un enfermo, un gran enfermo", pero que fue el entonces Cardenal Ratzinger (posteriormente Benedicto XVI) quien dio inicio a la investigación.
Declaró que el entonces Cardenal habló con Juan Pablo II cuando era el Papa en funciones y le explicó lo que hasta el momento se sabía de los abusos sexuales de Marcial Maciel, por ello, Su Santidad le dio "luz verde" para que hiciera todo lo que estuviera a su alcance y le informara sobre la veracidad de las quejas contra el entonces líder de Los Legionarios de Cristo.
"El Cardenal Ratzinger llevó las cosas adelante y la llevó, la llevó, la llevó y el Papa San Juan Pablo II le dio luz verde para llevarla, o sea, él dio luz verde y cuando lo hicieron Papa (a Ratzinger), ya actuó porque estaba maduro el proceso. Pero quiero dejar claro que el entonces Cardenal Ratzinger y San Juan Pablo II eran conscientes y dijeron: adelante, uno, en la investigación y, el otro, dando luz verde".
Pero a la vez reconoció que pese a la tolerancia cero de los abusos sexuales en los que se ven involucrados los sacerdotes siguen, ya que la comisión que se creó para documentar los casos de violaciones no es para evitarlos, sino se encuentra para la tutela del menor, es decir, para prevenir, pero que sí se encuentran a la expectativa sobre los sucesos que giran en torno de la Iglesia Católica.
"El problema del abuso de menores es un problema grave, la mayoría de los abusos se dan en el entorno familiar y vecinal. No quiero decir números para no equivocarme. Un solo cura que abuse de un menor es suficiente para mover toda la estructura de la Iglesia y enfrentar el problema ¿por qué? Porque el cura tiene la obligación de hacer crecer a ese chico, esa chica, en la santidad, en el encuentro con Jesús".
Rematando a la vez: "aunque haya un solo cura es suficiente para avergonzarnos y para hacer lo que hay que hacer", y que en esa situación de castigos a pederastas se va a continuar en la lucha, porque ha sido un trabajo que en su momento hizo el Cardenal Ratzinger y fue apoyado por San Juan Pablo II
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