Raúl Macías
La mujer es el bello ser que día a día lucha para salir adelante; que ocupa la mayor parte del día en solucionar los problemas del hogar, es amor, pero también debe sortear muchos obstáculos en su vida. Ayer fue el Día Internacional de la Mujer, pero no todas disfrutaron un día con los seres queridos, algunas lo hicieron trabajando y, otras muchas, en una cama de hospital al haber sido golpeadas por su esposo o novio.
Violencia de género es muy común en el mundo, porque dentro de ese punto son obligadas a ejercer la prostitución, a laborar en condiciones insalubres, a percibir un salario misero; pero, sobre todo, a ser víctimas de acoso sexual; por eso ayer millones de féminas vieron pasar las 24 horas sin que su condición de género se viera beneficiada, sufrieron lo mismo que cualquier día de sus vidas.
En la calle se apreciaban las dos caras de la moneda: unas disfrutando con sus hijos y pareja en lugares públicos, muchas más lo hicieron laborando como policías, del departamento de limpia, despachadoras de gasolina y las más desafortunadas paradas en una esquina esperando que llegara el "cliente", para a cambio de un poco de dinero ofrecer sus "caricias".
También estuvieron muchas más sentadas en una banqueta de las calles del Centro Histórico o en las escaleras de las entradas de las iglesias, solicitando al buen samaritano una moneda para tener algo que llevarse a la boca, pero no todas corrieron con suerte: en su mayoría regresaron a su humilde vivienda como salieron, sin nada para comprar algo de alimento y darle a la familia.
Sin embargo, en algunos parques de diversión, restaurantes, plazas comerciales y cines se vio a integrantes de familias ir a "festejar el Día de la Mujer", como se estuvo escribiendo ayer por la mañana en las redes sociales. Para ellas fue un día especial que no olvidarán, porque estuvieron con sus seres queridos y fueron "apapachadas" en domingo.
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