Fotos: Sergio Vázquez
Raúl Macías
¡Huele a gas! Ese fue el grito de algunos de los moradores del inmueble marcado con el 146 de Cuernavaca en la Condesa, luego que se registrara una fuerte fuga de gas, pero tres personas no alcanzaron a salir a tiempo y al inhalar el combustible se intoxicaron y fueron atendidos por los cuerpos de socorro que llegaron al lugar.
El día parecía transcurrir bien para quienes habitan en el número 146 del inmueble localizado en Cuernavaca casi esquina con Campeche, pero cuando ya algunos se encontraban haciendo sus actividades y otras durmiendo por ser domingo, se escuchó a algunos de los vecinos afirmar que en el ambiente se encontraba un fuerte olor a gas butano.
Temiendo que algo grave pudiera ocurrir fue emitida la alerta a los demás inquilinos para que salieran de sus viviendas. Así comenzaron a hacerlo hasta que fueron llegando los paramédicos, bomberos y elementos de Protección Civil, quienes de inmediato ingresaron al inmueble, en lo que las tres personas que se intoxicaron recibían atención para evitarles un daño mayor.
Los especialistas en la protección civil se dirigieron a revisar todas las instalaciones de gas de ese inmueble en busca del sitio donde se fugaba el combustible. Fueron varios minutos de labor de esa gente hasta que se localizó el sitio, y fue entonces que procedieron a reparar el tubo dañado en tanto que los moradores estaban en la calle en espera de poder regresar a su casa.
Antes de abandonar el inmueble, el jefe de la unidad de bomberos que acudió al lugar, informó a los espantados moradores, que el riesgo había pasado ya que se localizó el lugar donde se presentó la fuga, y que era posible ya retornar a sus viviendas, por lo que la gente hizo caso, pero aún se encontraba temerosa, porque en el ambiente seguía oliendo a gas.
Y algunas de las personas prefirieron esperar un poco más a que dejara de oler a gas, porque temían que al encender algo sobreviniera una explosión, pero para su fortuna, la oportuna intervención de los cuerpos de socorro, logró ahuyentar cualquier tipo de riesgo para estas personas.
¡Huele a gas! Ese fue el grito de algunos de los moradores del inmueble marcado con el 146 de Cuernavaca en la Condesa, luego que se registrara una fuerte fuga de gas, pero tres personas no alcanzaron a salir a tiempo y al inhalar el combustible se intoxicaron y fueron atendidos por los cuerpos de socorro que llegaron al lugar.
El día parecía transcurrir bien para quienes habitan en el número 146 del inmueble localizado en Cuernavaca casi esquina con Campeche, pero cuando ya algunos se encontraban haciendo sus actividades y otras durmiendo por ser domingo, se escuchó a algunos de los vecinos afirmar que en el ambiente se encontraba un fuerte olor a gas butano.
Temiendo que algo grave pudiera ocurrir fue emitida la alerta a los demás inquilinos para que salieran de sus viviendas. Así comenzaron a hacerlo hasta que fueron llegando los paramédicos, bomberos y elementos de Protección Civil, quienes de inmediato ingresaron al inmueble, en lo que las tres personas que se intoxicaron recibían atención para evitarles un daño mayor.
Los especialistas en la protección civil se dirigieron a revisar todas las instalaciones de gas de ese inmueble en busca del sitio donde se fugaba el combustible. Fueron varios minutos de labor de esa gente hasta que se localizó el sitio, y fue entonces que procedieron a reparar el tubo dañado en tanto que los moradores estaban en la calle en espera de poder regresar a su casa.
Antes de abandonar el inmueble, el jefe de la unidad de bomberos que acudió al lugar, informó a los espantados moradores, que el riesgo había pasado ya que se localizó el lugar donde se presentó la fuga, y que era posible ya retornar a sus viviendas, por lo que la gente hizo caso, pero aún se encontraba temerosa, porque en el ambiente seguía oliendo a gas.
Y algunas de las personas prefirieron esperar un poco más a que dejara de oler a gas, porque temían que al encender algo sobreviniera una explosión, pero para su fortuna, la oportuna intervención de los cuerpos de socorro, logró ahuyentar cualquier tipo de riesgo para estas personas.
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