ACAPULCO, Gro., (OEM).- El nauseabundo olor que despedía el cuerpo de una persona del sexo masculino, que ya presentaba un avanzado estado de putrefacción, se descubrió junto con cuatro cuerpos más, entre éstos el de una mujer, los cuales estaban semienterrados en la Colonia Alta Cuauhtémoc del Parque Nacional El Veladero.
El macabro hallazgo lo hicieron vecinos de ese núcleo poblacional, quienes a través de una llamada anónima alertaron a las autoridades y se dispuso el protocolo de búsqueda a cargo de agentes de la Policía Federal División Gendarmería y efectivos del Ejército mexicano, para cuyos efectos tuvieron que utilizar perros amaestrados que rastrearon toda el área hasta ubicar finalmente el lugar exacto donde se encontraban los cinco cadáveres.
Estos hechos ocurrieron durante el mediodía de este domingo, en el punto conocido como la segunda pila de agua, en una parte boscosa de la calle Antonia Nava, Colonia Alta Cuauhtémoc; ahí los infortunados estaban visiblemente devorados de la cara por animales; uno de ellos vestía short, mientras que el segundo camisa aparentemente azul, el primero estaba enterrado de la cintura para abajo y presentaba un tiro de arma de fuego en la cabeza, el segundo estaba cubierto con ramas secas y tierra, al cual le aplastaron la cabeza con una piedra.
Por lo que de inmediato se procedió a dar parte al fiscal regional, quien se hizo cargo de ampliar la búsqueda en todo ese perímetro, hasta que finalmente fueron localizados los cuerpos de otros dos varones y el de una mujer, que habían sido enterrados de manera clandestina y que también presentaban un avanzado estado de putrefacción.
Debido al estado de descomposición en que se encontraban no fue posible determinar la forma en que fueron privados de la vida los dos varones restantes y la dama, por lo que peritos en materia criminalística se hicieron cargo de levantar todas las pruebas de campo posibles para agilizar las investigaciones y lograr su identidad.
La fiscalía confirmó que los cuerpos tenían entre 8 y 15 días de haber sido privados de la vida, luego de ser torturados, pues a algunos se les logró apreciar golpes en distintas partes del cuerpo.
Por su parte, personal del Servicio Médico Forense (Semefo), procedió a levantar los cinco cuerpos para trasladarlos a sus instalaciones y practicarles la necroscopia de rigor, quedando en calidad de desconocidos, toda vez que no se encontró documento alguno que permitiera su identidad.
El macabro hallazgo lo hicieron vecinos de ese núcleo poblacional, quienes a través de una llamada anónima alertaron a las autoridades y se dispuso el protocolo de búsqueda a cargo de agentes de la Policía Federal División Gendarmería y efectivos del Ejército mexicano, para cuyos efectos tuvieron que utilizar perros amaestrados que rastrearon toda el área hasta ubicar finalmente el lugar exacto donde se encontraban los cinco cadáveres.
Estos hechos ocurrieron durante el mediodía de este domingo, en el punto conocido como la segunda pila de agua, en una parte boscosa de la calle Antonia Nava, Colonia Alta Cuauhtémoc; ahí los infortunados estaban visiblemente devorados de la cara por animales; uno de ellos vestía short, mientras que el segundo camisa aparentemente azul, el primero estaba enterrado de la cintura para abajo y presentaba un tiro de arma de fuego en la cabeza, el segundo estaba cubierto con ramas secas y tierra, al cual le aplastaron la cabeza con una piedra.
Por lo que de inmediato se procedió a dar parte al fiscal regional, quien se hizo cargo de ampliar la búsqueda en todo ese perímetro, hasta que finalmente fueron localizados los cuerpos de otros dos varones y el de una mujer, que habían sido enterrados de manera clandestina y que también presentaban un avanzado estado de putrefacción.
La fiscalía confirmó que los cuerpos tenían entre 8 y 15 días de haber sido privados de la vida, luego de ser torturados, pues a algunos se les logró apreciar golpes en distintas partes del cuerpo.
Por su parte, personal del Servicio Médico Forense (Semefo), procedió a levantar los cinco cuerpos para trasladarlos a sus instalaciones y practicarles la necroscopia de rigor, quedando en calidad de desconocidos, toda vez que no se encontró documento alguno que permitiera su identidad.
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