J. Adalberto Villasana
El niño Carlos Santamaría Díaz, a los 9 años de edad, es considerado con alta capacidad cognitiva, estudia química en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a la par que cursa su educación primaria.
El menor ya concluyó los módulos principios de equilibrio en disolución y espectroscopía infrarroja, de RMN y espectroscopía de masas, en uno de los diplomados que imparte la Facultad de Química (FQ). Sus padres descubrieron las inquietudes científicas del pequeño cuando apenas tenía 3 años.
Se dijo que estudiará a la par cuarto grado de primaria en línea, en un programa avalado por la Comunidad Económica Europea.
Al preguntarle a Carlos si sueña con algo especial, respondió antes de sonreír: "es que a veces de pronto estoy soñando, pero es como si tuviera los ojos abiertos".
Carlos Santamaría Díaz se ubica en la primera fila frente al académico en turno. Concentrado durante cuatro horas, irrumpe el silencio entre sus compañeros, algunos químicos, investigadores o pasantes, aunque él todavía cursa la primaria. Su voz cándida natural, tiene dicción y se empodera al preguntar, pero todo lo membreta con una ineludible sonrisa final.
El menor, que el pasado 29 de junio cumplió 9 años de edad; a los 2 años la computadora en casa fue una herramienta más, pero a los tres y medio su madre descubrió que leía en voz alta los meses del calendario.
"Me gusta estar aquí (en la UNAM), en todo el medio; siento que puedo estudiar bien. Me gustaría cursar biología, química o medicina, porque hago muchas cosas aparte de la química. A veces veo la tele o estoy con mis juguetes; hago muchas cosas, pero no tengo redes sociales, eso la verdad no me interesa. Investigo cosas así, de química o bioquímica; por ejemplo, en este módulo me ponen tres espectros y me preguntan qué compuesto químico es, y no me dan ningún dato, pero todo lo que está difícil lo resuelvo de cualquier modo", dijo el niño universitario.
Fabián Santamaría Plascencia, su padre, procede de una familia universitaria; inició sus estudios en la Facultad de Ingeniería de esta casa de estudios, pero los concluyó en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, de La Habana, Cuba. Aun así, se desmarca de la química y se dice "rebasado para estudiar con él".
Arcelia Díaz Sotelo, mamá del pequeño, dijo: "tenía año y medio cuando empezó a ir a la escuela, ahora mira videos y lee en inglés y entiende muy bien porque generalmente sus lecturas son especializadas en química", relató.
En la búsqueda de opciones para corresponder a las inquietudes académicas y de aprendizaje de Carlos, se entrevistaron con Alejandra Soriano, de la Secretaría de Extensión Académica de la FQ, y "fue el camino correcto".
A los módulos del diplomado asisten alrededor de 15 alumnos y son impartidos en el edificio D de la entidad universitaria.
Al respecto, Eduardo Rodríguez de San Miguel Guerrero, académico de la FQ, indicó que la selección de materias la hicieron de manera conjunta la parte administrativa, los padres de Carlos, el niño y "un servidor, porque se temía que presentáramos algo que le fuera a desalentar, más que animar".
"Pensé en asignaturas que de alguna manera pudieran soportar esa inquietud. El primer módulo que tomó fue una concepción global de la química, de cómo se efectúan las reacciones, a qué cosas dan origen, para que tuviera conocimientos básicos de reactividad".
El módulo que recién concluyó fue de caracterización; ahí aprendió a descubrir cómo está constituida la materia a partir de técnicas complicadas. Dado que no requerían un conocimiento extremadamente alto, como en matemáticas, o un antecedente demasiado fuerte en alguna parte de la química, Eduardo Rodríguez consideró que era algo que podía asimilar. "No nos atrevimos a que tomara todo el diplomado esta vez, pues son siete módulos, pero ya va por el tercero", puntualizó.
Fabián, el orgulloso padre, comentó que Carlos ya no asistirá físicamente a la primaria donde realizó los grados previos. "Lo que va a hacer es aprovechar que estudió en España (en una estancia corta que por motivos de trabajo los hizo viajar a la Península Ibérica), debido a que él puede vincularse a un programa de educación en línea que tiene la Comunidad Económica Europea.
"Entonces ya está aceptado e inscrito y empieza el 1o. de octubre. Iniciará cuarto año de primaria y presentará ejercicios trimestrales; eso será el 50 por ciento de la calificación. A fin de año irá a la embajada de España y presentará un examen que vale el otro 50 por ciento"
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