CIUDAD DEL VATICANO., (OEM-AP).- Un consejero del máximo tribunal del Vaticano advirtió que la reforma lanzada por el Papa Francisco del proceso de anulación matrimonial de la Iglesia, genera serias interrogantes legales y pudiera crear una crisis de consciencia, incluso en parejas felizmente casadas.
El abogado canónico Edward Peters, consejero de la Signatura Apostólica, dijo que el aspecto más preocupante de la reforma es la aceleración del proceso de anulación, decidido por un obispo y que busca acelerar lo que ha sido un largo y complicado procedimiento para declarar un matrimonio nulo.
En un mensaje en un blog hoy miércoles, Peters dijo que las razones listadas en las nuevas normas del Vaticano pudieran llevar a parejas felizmente casadas a preguntarse si sus matrimonios son válidos ante la posibilidad de que la mujer hubiera tenido un aborto o si un cónyuge ocultó la existencia de un hijo de una relación previa o una encarcelación en el pasado.
"Muchas, muchas parejas casadas han experimentado uno o más eventos en sus vidas", escribió. "Desafortunadamente... personas con cualesquiera de esos factores van a preguntarse, lógica y sinceramente, si sus matrimonios pudieran ser nulos".
Peters cuestionó además cómo obispos sin entrenamiento en derecho canónico van a poder juzgar esos casos.
Los funcionarios que dieron a conocer la reforma ayer martes reconocieron que el entrenamiento es algo a considerar.
Francisco lanzó la reforma para acelerar y simplificar el proceso de anulaciones, parte de sus gestiones para hacer la Iglesia más asequible a los fieles ordinarios y mostrar un lado más compasivo a aquellos católicos que a menudo han sido rechazados.
CIUDAD DEL VATICANO, 9 de septiembre (Notimex).- Francisco pidió hoy que la Iglesia Católica sea una casa abierta, porque Jesús no la quiso como una secta para privilegiados, sino como una familia hospitalaria, una casa donde todos, sin exclusión, fueran acogidos y amados.
Durante su reflexión semanal en la audiencia pública, ante más de 20,000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el Papa urgió a las familias a establecer "una alianza contra los centros de poder económicos, ideológicos y políticos".
"Ponemos nuestras esperanzas en los centros del amor, evangelizadores, ricos de calor humano, basados en la solidaridad y la evangelización, pero también en el perdón entre nosotros", pidió.
De acuerdo al líder católico, las iglesias con las puertas cerradas no deberían llamarse iglesias, porque más bien son museos.
Además calificó de "urgente e indispensable" reforzar los vínculos entre las familias y las comunidades cristianas, superando las actitudes "demasiado directivas y demasiado funcionales" y favoreciendo -en las parroquias- el diálogo interpersonal, el conocimiento y la estima recíproca.
"Los grandes eventos de las potencias mundanas se escriben en los libros de historia, y ahí permanecen. Pero la historia de los afectos humanos se escribe directamente en el corazón de Dios y es la historia que permanece para siempre", aseguró.
"La familia es el lugar de nuestra iniciación, insustituible, indeleble, a esta historia. La comunidad cristiana es la casa de aquellos que creen en Jesús como la fuente de la fraternidad entre todos los hombres", añadió.
Sostuvo que la Iglesia debe caminar en medio a los pueblos, en la historia de los hombres y de las mujeres, de los padres y de las madres, de los hijos y de las hijas, porque esa es la historia que cuenta para Dios.
Y apuntó que la supervivencia de fe cristiana se juega "en el campo abierto de la vida compartida" con todos, porque la familia y la parroquia deben cumplir el milagro de una vida comunitaria para la sociedad entera
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