Patricia Carrasco
Los feligreses presentes en la Catedral Metropolitana oraron a favor de la marcha mundial por el clima, y contra el cambio climático, por lo que el Cardenal Norberto Rivera Carrera, invitó a reflexionar "sobre nuestra casa común, que es este planeta en el que vivimos, dirijamos nuestra oración a Dios para que nos ilumine la creación que ha puesto en nuestras manos". Al tiempo que pidió transformar y construir en nuestro mundo; "a apuntalar, a reforzar, a vigilar para que lo que hemos construido no se derrumbe".
En esta ciudad, con frecuencia hay derrumbes y tienen que ser desalojados casas y edificios, y es absolutamente necesario detener para que aquello no se siga destruyendo para que no se caiga".
En el primer domingo de Adviento, los fieles elevaron una oración por el Papa Francisco que con su fe y su sabiduría está demostrando desde su visita apostólica en África, la pujanza uni
También se oró por los obispos, sacerdotes, diáconos, ministros y todos aquellos que trabajan en la Iglesia por el bien de sus hermanos; así como por todos los gobernantes, políticos, profesores, periodistas y artistas para que su trabajo coincida con la esperanza que trae el Adviento.
El prelado también elevó sus oraciones por los jefes de gobierno que se reúnen en París a escuchar y atender el llamado de la tierra y de los pobres, a que se unan de corazón y de espíritu, para responder con valentía a buscar el bien común de este hermoso jardín terrenal que fue creado para todos los seres humanos.
En su homilía, destacó que el Evangelio, "nos presenta una exhortación a la vigilancia ante el retorno glorioso de Cristo a la tierra: 'Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y le
Agregó: "Cristo nos pide mantenernos en pie, tener fuerza y ante todo velar en oración. El gran anuncio que abre el Adviento de este año es: 'se acerca nuestra liberación'". Hay muchas respuestas a esta inquietud, pero necesitamos una esperanza que no nos defraude.
"El hombre de hoy, como el de ayer y de siempre, es un ser que espera, pero siempre necesita fundar su esperanza en algo firme. No podemos vivir sin esperanza, pues ésta constituye una parte fundamental de nuestra estructura personal y cristiana", indicó.
Rivera Carrera resaltó que la espera es el clima del vivir humano; sólo esperando podemos sobrevivir. Gracias a la esperanza avanza la Humanidad, cuya historia multisecular es la de la espera.
"Gracias a la esperanza, el hombre y la mujer cristianos tienen aguante y respuestas ante la vida y la muerte, el amor y la violencia, la salud y la enfermedad, la paz y la injusticia, el matrimonio y la familia, la sociedad y el trabajo de cada día", citó.
El jerarca católico inquirió: "quien no espera nada está acabado como persona y como cristiano. Nosotros los cristianos no podemos caer en derrotismos. Hay, efectivamente, una esperanza que no defrauda: Jesucristo".
"Una vez liberados, tenemos que aplicar nuestro esfuerzo a la transformación de la realidad por medio de la debilidad y la fuerza del amor, que es la única liberación posible, la única revolución eficaz", dijo.
Para asimilar esta liberación de Cristo, el Evangelio nos señala dos condiciones: la primera: Tener la mente despejada y el corazón sin lastre. Las tres amenazas a la vigilancia que señala el texto evangélico: el vicio, la bebida y el dinero, son tan sólo indicadores del ancho campo de maldad que anida en el interior del hombre pecador, todavía sin convertirse al reino de Dios.
La segunda; estar siempre despiertos, velando en oración y pidiendo a Dios fuerza para perseverar hasta el fin.
La vigilancia del Adviento es actitud existencial y liberadora para toda la vida del cristiano, y condición para reactivar las virtudes teologales
.
Publicar un comentario