MANILA, Filipinas, (OEM/EFE y Notimex).- La locura se desató hoy en los cementerios de Filipinas con la visita de millones de personas que acuden a honrar a sus familiares muertos en el Día de Todos los Santos y que transforman los camposantos en una auténtica fiesta.
"Esperamos que pasen por aquí entre 500,000 y 700,000 personas", dijo a EFE Agnes Méndez, encargada del Cementerio Sur de Manila, una de las numerosas necrópolis de la capital.
A la entrada del recinto, decenas de policías, soldados y otros agentes de seguridad se afanan en revisar las bolsas y mochilas de todo el que intenta acceder al Cementerio Sur para evitar la entrada de alcohol o armas.
"Tenemos que asegurarnos que las normas se cumplen para tener una fiesta pacífica", agregó Méndez.
Las familias filipinas han estado preparando la visita a sus seres queridos durante días, puesto que luego pasan largas horas frente a las tumbas o los nichos, a veces incluso jornadas completas, rezando por los que ya no están.
Por ello, se despliegan en los recintos cientos de puestos de venta de comida, bebidas, flores, cirios y figuras religiosas; también globos, juegos y pequeños pollos teñidos de llamativos colores para entretener a los más pequeños.
"Aquí venimos todos los años a rezar por los seres queridos, pero también es una oportunidad para hacer una reunión familiar", explicó Maricor Marasigan junto a su marido y su hija frente a la tumba de sus abuelos.
Tal es la avalancha de gente que acude a los cementerios que la Policía de Manila ha estado en alerta roja desde el pasado jueves, y lo seguirá estando hasta el próximo martes mientras que decenas de calles de acceso a los recintos han sido cortadas al tráfico.
En tanto, disfrazados como Donald Trump, zombies, superhéroes y muchos más con atuendos inspirados en la cultura mexicana, como catrinas y chinelos, miles de personas participaron en el desfile anual de "Halloween", en Nueva York.
Organizado cada año desde 1973 en el barrio del West Village, el desfile este año realizado la víspera, congregó además de los participantes individuales a docenas de marionetas y 53 bandas de música, así como a numerosos bailarines.
Recurrir a eufemismos a la hora de anunciar la muerte de un ser querido a un niño es un mecanismo al que muchos padres recurren con la intención de minimizar el impacto que esta pérdida pueda tener en los pequeños sin saber que, a la larga, es mayor el daño que el beneficio que produce en ellos.
Así lo aseguró a EFE el psicólogo experto en duelos Manuel Nevado. "Los niños tienen una tremenda fantasía y si un niño no percibe la realidad tal cual es, va a tender a fantasear y las fantasías suelen ser mucho peor que la realidad", afirmó.
Al dolor ante la muerte de un ser querido, a muchas personas se les une también el "trago" de tener que explicar a un niño pequeño que su abuelo -cuando no su madre o su padre- ha muerto, y el temor a ver sufrir a una criatura hace cometer errores y recurrir a eufemismos como decir que la persona fallecida está de viaje o que ha subido al cielo.
Los psicólogos infantiles coinciden en que esto es un error.
Hay que usar la palabra muerte y trasladar a los niños que es algo irreversible, así como explicarles que ellos no han tenido nada que ver en lo ocurrido y hacerles sentir seguros, sobre todo cuando pierden a uno de sus progenitores, puesto que uno de los principales sentimientos que tendrán será el de abandono
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