Raúl Macías, foto: Sergio Vázquez
El novenario continuaba, la familia llena de tristeza y dolor dio un espacio y junto con amigos acudieron al sitio donde quedó el cuerpo de Monserrat Paredes Alva, la joven ciclista que fue arrollada por un "cafre del volante" en Paseo de la Reforma. A la mente les llegaron las imágenes donde se observa la forma trágica en la que perdió la vida Montse. Justo cuando el camión le llega por detrás.
Reforma y la calle de Gandhi fue el punto de encuentro entre familiares de la joven Montserrat, así como de familiares y amigos de otros ciclistas que la semana pasada corrieron la misma suerte que la joven; era una tarde con algo de frío, pero ese frío era más sentido en el corazón, donde la ausencia del ser querido deja bajo cero el alma y la mente se ausenta a viajar.
Viaja para atrás de los recuerdos, para los años hermosos de reunión familiar; de días alegres y divertidos, de cuando necesitó un consejo, y los imborrables, cuando en la escuela sacaba buenas calificaciones, cuando cada sueño se iba concretando, pero el día 17 de noviembre la imprudencia de un "cafre" acabó de tajo con ilusiones, sueños y deseos y dejó corazones destrozados.
Ayer las llantas de las bicicletas se desviaron unos centímetros del carril confinado para su paso. Ese espacio se encontraba ocupado de niños, jóvenes y adultos que se reunieron para hacer un memorial en donde Montse se fue al cielo; donde esa joven fue una víctima más del exceso de velocidad y la falta de respeto que existe hacia los ciclistas, que dejan de rodar en la tierra y se
La cinta asfáltica que la noche del pasado martes se tiñó de rojo, esta vez sus colores fueron alegres y las figuras eran unas mariposas; daban la impresión que buscaban volar a las nubes, queriéndose encontrar con el alma de Montserrat; en el cielo, a donde a cada segundo sus familiares y amigos volteaban y sonreían, en donde también buscaban ver su rostro entre las nubes.
El espacio fue aprovechado para exigir a los "chafiretes" del transporte público, así como a los de autos particulares, que respeten los espacios que han sido destinados para que circulen los ciudadanos en sus bicicletas; no quieren ver más color rojo en el pavimento, prefieren ver colores llenos de alegría ahí, en donde los más desprotegidos en cuestión de medios de transporte tienen su espacio.
Cumplieron con su mensaje y la gente, aún llena de tristeza, se retiró y espera que las mariposas sean una imagen de conciencia para quienes no respetan a los ciclistas y los ponen en riesgo; aunque conscientes están, de que esto, por el momento no será una tarea fácil, que falta mucho por luchar y hacer que la gente tenga conciencia sobre los riesgos de la calle al no haber una cultura de respeto
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