MOSCÚ, Rusia, (OEM-EFE).- Rusia, cuya población llora la muerte de los 224 pasajeros del Airbus ruso estrellado el sábado en Egipto, informó hoy que el avión se destruyó en el aire, pero se mantiene la incógnita sobre las auténticas causas de la tragedia.
"La destrucción tuvo lugar en el aire y los fragmentos resultaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados", dijo a la prensa Víctor Sorochenko, director del Comité de Aviación Interestatal de Rusia.
Con todo, tras visitar el lugar de la tragedia en la península egipcia del Sinaí, aseguró que "es todavía pronto para sacar conclusiones" sobre las causas de la catástrofe aérea, la mayor en la historia de Rusia.
La agencia de aviación civil, Rosaviatsia, se apresuró en secundar esa teoría, al afirmar que todos los indicios apuntan a que "la destrucción de la estructura del avión ocurrió a una gran altura".
Según fuentes de transporte citadas por la agencia Tass, los expertos rusos encontraron en la zona fragmentos de las alas del A-321-200 que mostraban indicios "de impactos térmicos y físicos", lo que denotaría que el avión "pudo quemarse en el aire".
El avión se habría partido en dos en el aire, según Oleg Smirnov, condecorado piloto soviético, debido a que "a 172 kilómetros por hora un avión como ese ya no vuela, sino que toma un ángulo crítico de ataque y entra en barrena".
Pese a explicaciones técnicas, dejan sin responder la gran pregunta sobre las causas de la tragedia, como destacó el propio ministro de Transporte, Maxim Sokolov, quien dijo que "hay muy poca información".
Lo que parece claro es que no fue un atentado terrorista, pese a que el supuesto derribo fue reivindicado por una filial egipcia del grupo terrorista Estado Islámico, ya que a esa altura es técnicamente imposible, según dijo Sherif Ismail, Primer Ministro egipcio
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