* Pide desterrar desaliento y derrotismo
Patricia Carrasco
El cardenal Norberto Rivera Carrera convocó a los católicos a desterrar el desaliento y el derrotismo, todo lo que estorbe y ayudar a rebajar las "diferencias (sociales) tan escandalosas y a subir los niveles infrahumanos de miseria, hambre e incultura hasta llegar a los derechos humanos para todos, no en el papel o en una ley, sino en la realidad de la vida".
En su homilía, el prelado conminó a la sociedad mexicana a cerrar brechas por quienes viven en condiciones infrahumanas de miseria y hambre, y mediante el camino de la justicia garantizar los derechos humanos para todos; "no en el papel o en una ley, sino en la realidad de la vida".
A dos días de iniciar el Año de la Misericordia, por instrucción del Papa Francisco, el cardenal Norberto Rivera Carrera solicitó a los mexicanos reconocer que cada uno tiene "un camino torcido que enderezar", señalando que en este tiempo de Adviento es el momento oportuno.
En el segundo domingo de Adviento, expresó, quitando las metáforas y llamando a las cosas por su nombre "sabemos que todo esto se llama orgullo, pereza, abuso, violencia, envidia, mentira, hipocresía, impureza, superficialidad, adicciones, todos tenemos algo que corregir, algo de qué liberarnos, algo en qué progresar, si negamos esto y enterramos la nuestra no veremos la salvación de Dios".
Ante los fieles presentes en la Catedral Metropolitana, Rivera Carrera externó que está es la mejor manera de prepararse para la próxima Navidad. "Si en el Adviento no provocamos el cambio, si no enderezamos el camino, si no nivelamos el terreno a nivel personal y social, si no quitamos los muros que nos separan, la Navidad pasará sin pena ni gloria".
Por lo que convocó a eliminar: orgullo, pereza, abuso, violencia, envidia, mentira, hipocresía, superficialidad, adicción. "Todos tenemos algo que corregir, algo de que liberarnos, algo en qué progresar".
En la oración a los fieles se elevó una oración por la próxima visita del Papa Francisco, y que al concluirla albergue en su corazón el amor de los mexicanos. También se oró por los
Expresó que el cristianismo es una buena nueva, es un anuncio gozoso. No podemos ignorar "lo tortuoso del camino ni lo áspero del sendero", pero tampoco podemos dejar que nos quiten la esperanza y la alegría que nos produce la venida del Señor.
Ahí, narró la histórica entrevista del periodista inglés Edmund Foldes al célebre compositor finlandés Jean Sibelius, y le preguntó entre otras cosas, a qué atribuía su éxito como músico. Sibelius le respondió: "siempre he considerado la vida como un
A quienes pensemos que esta palabra, "conversión" es poco apta para prepararnos a la Navidad, o que es poco grata a los oídos actuales, nos conviene deshacer el malentendido de que "convertirse" es algo negativo. Todo lo contrario, no hay nada más positivo que deshacerse de lo malo, de lo que estorba, de lo que va contra nuestra dignidad de personas.
Si en el Adviento no provocamos el cambio, si no enderezamos el camino, si no nivelamos el terreno a nivel personal y social, si no quitamos los muros que nos separan, la Navidad pasará con pena y sin gloria.
"Porque, aunque haya muchas luces en las calles, mejor comida en algunos hogares, intercambio de felicitaciones y regalos, todo eso es sólo fachada exterior. Lo principal está en el cambio de corazón y de costumbres, de actitudes y estructuras, que hagan más real entre nosotros la filiación divina que vino a regalarnos el Hijo de Dios, la fraternidad que vino a darnos Jesús al encarnarse".
Los seres humanos somos como una ciudad hermosa pero invadida, hasta por debajo de los muros, por la arena del desierto; nos hemos encerrado en nosotros mismos, en nuestro egoísmo; somos como un castillo, rodeados por una fosa profunda y con los puentes le
Todos tenemos algo que corregir, algo de que liberarnos, algo en que progresar. Si negamos esto y enterramos nuestra cabeza en la arena, no veremos la salvación de Dios que nos está llegando en Jesucristo en esta Navidad
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