* En su homilía, el Santo Padre llamó en reiteras ocasiones a pedir perdón por el daño cometido hacia los pueblos indígenas.
Al celebrar este lunes la Santa Misa en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el Papa Francisco condenó las prácticas que han conducido a la destrucción y la contaminación de las tierras de los pueblos indígenas, por individuos "mareados por el poder, el dinero, y las leyes del mercado", y exhortó a realizar un examen de conciencia y aprender a pedir ¡Perdón!
"El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita", enfatizó ante cien mil personas, en su mayoría indígenas, que se dieron cita en el Centro Deportivo Municipal.
En su homilía, el Santo Padre llamó en reiteras ocasiones a pedir perdón por el daño cometido hacia los pueblos indígenas, los cuales a lo largo de su historia han sido víctimas de la exclusión, la pobreza y el despojo.
"Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos por la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban", dijo el Vicario de Cristo.
El Santo Padre destacó las riquezas y la diversidad de los pueblos indígenas, y reconoció el anhelo legítimo de estas comunidades a desear vivir en libertad, en un país donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean una práctica habitual.
"El mundo de hoy, preso del pragmatismo, necesita reaprender el valor de la gratuidad", sentenció el Papa.
Respecto a su preocupación por el medio ambiente, el Santo Padre señaló: "El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia".
"En esto ustedes tienen mucho que enseñarnos. Sus pueblos, como han reconocido los obispos de América Latina, saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano".
La celebración Eucarística se caracterizó por el uso de lenguas indígenas en diferentes momentos.
La Misa fue engalanada por los trajes multicolores de los indígenas, es decir, por una infinidad de atuendos étnicos originarios de varias las regiones de México, especialmente de Chiapas.
¡Les pido que no se olviden de rezar por mí!, dijo el Papa a los presentes al concluir la Misa.
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