Los habitantes de Ciudad de México se mantuvie
El emblemático Paseo de la Reforma, que acoge comercios y decenas de edificios de oficinas, usualmente atiborrado de peatones, ayer jueves lució vacío y repleto de ramas y letreros destruidos por los fuertes vientos.
Carlos, un ingeniero en telecomunicaciones, dijo a EFE que si bien el viento "está muy fuerte" y puede ser peligroso, debe "seguir con sus actividades".
No se pueden tomar "muchas medidas de precaución, (...) si los árboles se van a caer, pues corres", aseveró.
El ingeniero afirmó ser testigo de cómo un árbol cayó sobre un carro.
Adriana Rodríguez comentó a EFE que sus hijos estaban "felices de quedarse en casa calientitos".
Esta madre aprueba la suspensión de clases, una medida que también fue tomada en varios estados del
Otro padre de familia, Cristóbal Nava confesó sentirse más seguro con la decisión de la suspensión de clases, ya que "si el aire continúa muy fuerte, puede caerse algo en la escuela, (por lo que) es mejor resguardar a los niños en casa".
Algunos oficinistas iban acompañados de sus hijos al no tener con quién dejarlos en sus hogares. (OEM-EFE)
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