A fin de que los productores de frutales en Milpa Alta no pierdan sus cultivos en caso de contingencia ambiental y puedan rescatar hasta el 80% de su producción, la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) entregó apoyos para la instalación de malla antigranizo, la cual protege a los árboles.
Adriana Contreras, directora general de Desarrollo Rural, comentó que en el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por el doctor Miguel Ángel Mancera, se tiene claro que se debe continuar impulsando el trabajo que realizan día a día los productores del campo de la #CapitalSocial, puesto que son quienes la alimentan.
En entrevista con la servidora pública, el dirigente de productores Fernando García Olivos destacó que anteriormente hicieron pruebas de protección de 20 árboles frutales y dieron resultado, pero los costos son elevados por lo que requerían del apoyo.
Agregó que con las contingencias climatológicas que se presentaron durante este año, se tuvo una producción de alrededor de 22 toneladas de manzana en los poblados de Santa Ana Tlacotenco, San Jerónimo Miacatlán, San Juan Tepenáhuac, San Pedro Atocpan, San Bartolomé Xicomulco y San Salvador Cuauhtenco, que suman entre 4.5 a 5 hectáreas en conjunto.
Destacó que con las bajas temperaturas, aunque en ocasiones sea malo, benefician el cultivo de la manzana que, en invierno, debe reposar la planta, podarla y acumular horas-frío en su interior, para obtener buenos resultados –frutos- en la primavera, por lo que en este ciclo 2016-2017, los productores esperan acumular mil 400 horas-frío.
Contreras mencionó que mientras este proceso ocurre, los productores milpaltenses se dedican al cultivo de durazno y limón, además de hortalizas como cilantro, brócoli, cebollitas, lechugas y jitomate.
Fernando García explicó el ciclo de producción de los manzanos y dijo que en otoño-invierno los árboles entran en modo de reposo, es decir que se mantienen sin agua ni alimento para acumular horas-frío.
Entre más bajas sean las temperaturas va a ser mucho mejor, porque ese frío es muy benéfico para la manzana y reposo es igual a poda y energía, porque ahí estamos definiendo qué ramas vamos a dejar para producir y las vamos a identificar dándole forma y sanidad, es decir, un manejo integral.
"En primavera nosotros ya tenemos listos los cajetes y abonamos y el árbol, que ya está totalmente limpio para que empiece a brotar follaje; la polinización y los árboles se llenan de frutos en el verano, cuyo calor es muy importante para la maduración de la fruta".
Para conservar la sanidad de la planta, libre de insectos, se utiliza a otros insectos, se desmaleza y da de "comer" a la planta con abonos orgánicos, "lo peligroso es usar venenos para controlar insectos y nosotros no hemos tenido esa necesidad", dijo.
Contreras subrayó que para que los productores puedan recibir apoyos económicos de la Sederec, firman una carta-compromiso de no utilizar agroquímicos, es decir, realizar buenas prácticas agrícolas en beneficio de los seres humanos y del medio ambiente, y además se someten a una supervisión.
Añadió que el cultivo de árboles frutales crea masa biológica que ayuda a todo un ciclo del ecosistema y a la transformación del bióxido de carbono, mientras que ese terreno vivo, contribuye a la captación de agua de lluvia para la ciudad.
Indicó que la calidad de la fruta que se produce en la Ciudad de México se distingue por ser ciento por ciento orgánica: por su apariencia, brillo, olor y sabor, a diferencia de las que se compran en las grandes tiendas, que gracias a los químicos conservadores, pueden tardar en refrigeración entre 3 y 5 años.
El próximo paso será obtener la certificación y clasificación de la fruta, su transformación y buscar los canales adecuados de comercialización, puntualizó la servidora pública.
Publicar un comentario