Abel López y Mario Martínez
Para conmemorar el XCIX aniversario de la Marcha de la Lealtad, el Presidente Felipe Calderón, montó un caballo tordillo llamado "Honrado" y escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar, descendió desde el patio central del Alcázar del Castillo de Chapultepec, tal como lo hiciera aquel 9 de febrero de 1913 el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero.
La diferencia fue que en aquella histórica fecha, Madero marchó escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar hacia el Palacio Nacional, y Calderón Hinojosa lo hizo en dirección a la residencia oficial de Los Pinos.
Portando la Banda Presidencial, antes el Mandatario había arengado los nombres de los héroes de 1847 y 1914: teniente Juan de la Barrera, cadete Juan Escutia, cadete Agustín Melgar, cadete Vicente Suárez, cadete Fernando Montes de Oca, cadete Francisco Márquez, y a coro los cadetes del Heroico Colegio Militar respondían a cada nombre: "¡Murió por la patria!".
Posteriormente mencionó los nombres de los héroes de la Heroica Escuela Naval Militar: teniente José Azueta y cadete Virgilio Uribe, y de nuevo los cadetes corearon: "¡Murió por la patria!".
Luego, Calderón recordó que se avizoraba el cuartelazo de aquel 9 de febrero de 1913, y que enterado de la perturbación, el Presidente Madero ordenó al subdirector del Colegio Militar reuniera al personal del plantel para que le dieran seguridad.
De esa forma, montado en un caballo tordillo, el Apóstol de la Democracia arribó precisamente al patio central del Alcázar del Castillo de Chapultepec, en compañía del Secretario de Guerra y Marina, y arengó a las compañias de cadetes diciéndoles que "unos cuantos malos mexicanos, militares y civiles", se habían sublevado contra su gobierno.
Fue en ese momento cuando el Presidente Madero inició su marcha hacia el Palacio Nacional, escoltado desde el Alcázar del Castillo de Chapultepec por los cadetes del Heroico Colegio Militar.
En el acto, el Presidente Calderón Hinojosa entregó reconocimientos a seis elementos de las Fuerzas Armadas que destacaron por sus servicios en las operaciones contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, a quienes se ovacionó con el toque militar de Tres de Diana.
Para finalizar solemne ceremonia y después de los honores correspondientes a su investidura como Presidente de la República y tras despedirse de mano de los integrantes de su gabinete, Felipe Calderón montó un caballo tordillo llamado "Honrado", en cuya montura tenía grabadas cinco estrellas de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, saludó al lábaro patrio y comenzó su descenso en dirección de la residencia oficial de Los Pinos, escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar.
Para conmemorar el XCIX aniversario de la Marcha de la Lealtad, el Presidente Felipe Calderón, montó un caballo tordillo llamado "Honrado" y escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar, descendió desde el patio central del Alcázar del Castillo de Chapultepec, tal como lo hiciera aquel 9 de febrero de 1913 el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero.
La diferencia fue que en aquella histórica fecha, Madero marchó escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar hacia el Palacio Nacional, y Calderón Hinojosa lo hizo en dirección a la residencia oficial de Los Pinos.
Portando la Banda Presidencial, antes el Mandatario había arengado los nombres de los héroes de 1847 y 1914: teniente Juan de la Barrera, cadete Juan Escutia, cadete Agustín Melgar, cadete Vicente Suárez, cadete Fernando Montes de Oca, cadete Francisco Márquez, y a coro los cadetes del Heroico Colegio Militar respondían a cada nombre: "¡Murió por la patria!".
Posteriormente mencionó los nombres de los héroes de la Heroica Escuela Naval Militar: teniente José Azueta y cadete Virgilio Uribe, y de nuevo los cadetes corearon: "¡Murió por la patria!".
Luego, Calderón recordó que se avizoraba el cuartelazo de aquel 9 de febrero de 1913, y que enterado de la perturbación, el Presidente Madero ordenó al subdirector del Colegio Militar reuniera al personal del plantel para que le dieran seguridad.
De esa forma, montado en un caballo tordillo, el Apóstol de la Democracia arribó precisamente al patio central del Alcázar del Castillo de Chapultepec, en compañía del Secretario de Guerra y Marina, y arengó a las compañias de cadetes diciéndoles que "unos cuantos malos mexicanos, militares y civiles", se habían sublevado contra su gobierno.
Fue en ese momento cuando el Presidente Madero inició su marcha hacia el Palacio Nacional, escoltado desde el Alcázar del Castillo de Chapultepec por los cadetes del Heroico Colegio Militar.
En el acto, el Presidente Calderón Hinojosa entregó reconocimientos a seis elementos de las Fuerzas Armadas que destacaron por sus servicios en las operaciones contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, a quienes se ovacionó con el toque militar de Tres de Diana.
Para finalizar solemne ceremonia y después de los honores correspondientes a su investidura como Presidente de la República y tras despedirse de mano de los integrantes de su gabinete, Felipe Calderón montó un caballo tordillo llamado "Honrado", en cuya montura tenía grabadas cinco estrellas de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, saludó al lábaro patrio y comenzó su descenso en dirección de la residencia oficial de Los Pinos, escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar.
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