LEON, Gto., 22 de marzo (OEM-AP).- Guanajuato aún da los toques finales para recibir en su primera visita a México a Benedicto XVI, de quien algunos aquí esperan que traiga un mensaje de paz para un país marcado en los últimos años por la violencia.
"Hay una paz muy inmensa que necesitamos en México por la inseguridad", dijo Marcela Argüello, una ama de casa de 26 años de edad que ya planea acercarse lo más que pueda para intentar ver al Sumo Pontífice desde la avenida principal de la ciudad de León, donde mañana tiene previsto llegar el Jefe de la Iglesia Católica.
"Va a irradiar mucha paz para los que somos pecadores y vamos a querer contribuir a cambiar nuestro país", aseguró Argüello, originaria de León y a quien se le ilumina el rostro cuando se le pregunta qué le parece que el Papa haya escogido su ciudad como lugar de estancia en México. "¡Magnífico! Va a ser mágico", dijo.
Las calles de León -que junto con Guanajuato y Silao serán las ciudades del Estado que visitará- lucían hoy con varios carteles de bienvenida a Benedicto XVI, aunque las actividades cotidianas no se veían alteradas a un día de la llegada del Papa: la gente trasladándose de un lado a otro y los vehículos transitando sin encontrarse ningún retén o medida de seguridad especial.
Los lugares en los que tiene previsto estar el Sumo Pontífice en León, como la Catedral y el Colegio Miraflores, en el que dormirá, aún no registraban una seguridad extrema y comenzaban a prepararse las vallas metálicas que buscarán evitar que la gente interfiera en el paso del Papa o se acerque demasiado.
Aún así, la gente se muestra -internamente- esperanzada por la visita de un Pontífice que en sus casi siete años de papado no había pisado México, considerado el país con el mayor número de católicos en el mundo de habla hispana y que mantuvo en alta estima a su antecesor Juan Pablo II, quien estuvo cinco veces en territorio mexicano, aunque nunca en Guanajuato.
"En mi caso personal espero (de la visita) algo de paz, porque en la actualidad ya no se puede vivir tranquilo", dijo Angel Armenta, un comerciante de León, que ha sido víctima de asaltos.
Confió que el Papa envíe un mensaje de paz, pero también "un llamado al gobierno para que aplique la ley, porque en realidad sí hay leyes, pero no las aplica".
"Hay una paz muy inmensa que necesitamos en México por la inseguridad", dijo Marcela Argüello, una ama de casa de 26 años de edad que ya planea acercarse lo más que pueda para intentar ver al Sumo Pontífice desde la avenida principal de la ciudad de León, donde mañana tiene previsto llegar el Jefe de la Iglesia Católica.
"Va a irradiar mucha paz para los que somos pecadores y vamos a querer contribuir a cambiar nuestro país", aseguró Argüello, originaria de León y a quien se le ilumina el rostro cuando se le pregunta qué le parece que el Papa haya escogido su ciudad como lugar de estancia en México. "¡Magnífico! Va a ser mágico", dijo.
Las calles de León -que junto con Guanajuato y Silao serán las ciudades del Estado que visitará- lucían hoy con varios carteles de bienvenida a Benedicto XVI, aunque las actividades cotidianas no se veían alteradas a un día de la llegada del Papa: la gente trasladándose de un lado a otro y los vehículos transitando sin encontrarse ningún retén o medida de seguridad especial.
Los lugares en los que tiene previsto estar el Sumo Pontífice en León, como la Catedral y el Colegio Miraflores, en el que dormirá, aún no registraban una seguridad extrema y comenzaban a prepararse las vallas metálicas que buscarán evitar que la gente interfiera en el paso del Papa o se acerque demasiado.
Aún así, la gente se muestra -internamente- esperanzada por la visita de un Pontífice que en sus casi siete años de papado no había pisado México, considerado el país con el mayor número de católicos en el mundo de habla hispana y que mantuvo en alta estima a su antecesor Juan Pablo II, quien estuvo cinco veces en territorio mexicano, aunque nunca en Guanajuato.
"En mi caso personal espero (de la visita) algo de paz, porque en la actualidad ya no se puede vivir tranquilo", dijo Angel Armenta, un comerciante de León, que ha sido víctima de asaltos.
Confió que el Papa envíe un mensaje de paz, pero también "un llamado al gobierno para que aplique la ley, porque en realidad sí hay leyes, pero no las aplica".
MENSAJE A MUJERES JÓVENES
Benedicto XVI llegará a un México que en diversas zonas ha visto una espiral de violencia atribuida particularmente al narcotráfico y el crimen organizado, la cual ha dejado más de 47,500 muertos en todo el país desde diciembre de 2006, cuando el gobierno del Presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los cárteles de las drogas.
"Espero que sobre todo dé mucho amor, paz y esperanza", dijo una mujer que sólo quiso identificarse como Raquel, tras salir la noche de ayer de una misa en la Catedral, un recinto del que en su interior cuelga una imagen de Benedicto XVI con la leyenda "Tú eres Pedro".
El Secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone, dijo a la radio vaticana que el Papa sí planea llevar un mensaje de esperanza, sobre todo a los jóvenes frente a la violencia en México.
Benedicto XVI llegará a un México que en diversas zonas ha visto una espiral de violencia atribuida particularmente al narcotráfico y el crimen organizado, la cual ha dejado más de 47,500 muertos en todo el país desde diciembre de 2006, cuando el gobierno del Presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los cárteles de las drogas.
"Espero que sobre todo dé mucho amor, paz y esperanza", dijo una mujer que sólo quiso identificarse como Raquel, tras salir la noche de ayer de una misa en la Catedral, un recinto del que en su interior cuelga una imagen de Benedicto XVI con la leyenda "Tú eres Pedro".
El Secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone, dijo a la radio vaticana que el Papa sí planea llevar un mensaje de esperanza, sobre todo a los jóvenes frente a la violencia en México.
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