Desde San Lázaro
La presidenta del Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de
las Mujeres y la Equidad de Género, diputada Flor de María Pedraza
Aguilera alertó que en México ha habido un incremento de los niveles
de crueldad en los asesinatos con arma de fuego de mujeres, durante
los últimos años el número de casos pasó de 2.8 a más de 23.8 por
ciento.
Precisó que, según datos del Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, del 2001 al 2010 los
fallecimientos por golpes aumentaron de 8.2 a 18.7 y los crímenes por
ahorcamiento, del 9 por ciento llegaron al 12.5 por ciento.
La legisladora del PAN refirió lo anterior durante instalación del
Comité del Comité de la Cámara de Diputados, acto durante el cual sus
integrantes se pronunciaron a favor de trabajar en propuestas
legislativas que contribuyan a lograr una verdadera paridad entre
hombres y mujeres.
En el evento, las legisladoras lamentaron que a pesar
de los adelantos que se han logrado en materia de equidad, las
mexicanas no perciben que haya trato equitativo en los ámbitos social,
laboral y, especialmente, político.
Pedraza Aguilera dijo que los prejuicios socioculturales, en especial
el machismo, evitan el desarrollo personal de las mujeres en las áreas
donde tienen presencia y el político no es la excepción.
"Falta mucho por hacer, pero es a través de este tipo de instancias
como se logrará el trato equitativo en el país", comentó.
Subrayó que centrarán los esfuerzos del Comité para combatir la
vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres en lugares como Ciudad
Juárez; las grandes metrópolis en donde existe trata de blancas, y la
Sierra Tarahumara, en extrema pobreza.
La legisladora del PAN agregó que entre otros temas que revisarán está
el de reducir los números de mortalidad materna, dignificar el trabajo
de las parteras, así como generar acciones para acabar con la
violencia hacia las mujeres dentro de las familias.
Por el PRD, la diputada Delfina Elizabeth Guzmán Díaz consideró que la
violencia de género no afecta sólo el ámbito privado, ya que se ha
convertido en el símbolo de desigualdad en la sociedad. "Los agresores
de mujeres y niñas las consideran carentes de derechos en la familia,
la comunidad y el Estado", subrayó.
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