Le llaman la "Casa a mitad del camino", y se encuentra a un costado del reclusorio Sur en donde internos de diferentes reclusorios pueden vivir antes de obtener su libertad con el objetivo de ir recordando lo que es vivir en una casa sin rejas, con dormitorio limpio y ordenado, en donde cada quien tiene su propia cama, e incluso tiene la oportunidad de reunirse fuera del reclusorio con su familia, aun antes de cumplir su condena.
Este sistema el cual fue implementado en el Distrito Federal a partir del 25 de noviembre de 2012, los internos, (aquí, ya son nombrados, beneficiados) tienen marcado un horario de acondicionamiento físico, desde la limpieza de sus dormitorio hasta capacitaciones en cuanto a informática.
Al interior de la "Casa a Mitad del Camino" inician desde las 6 de la mañana, cuando los beneficiados se levantan a hacer acondicionamiento físico, de 7 a 8 de la mañana reciben sus alimentos y de 9 a 10 se bañan para comenzar sus actividades.
Autoridades de este lugar indican que los beneficiarios toman clases de inglés, computación y cuentan con lavadoras, lo que les hace sentir como si estuvieran en casa.
Además, los beneficiario tienen una área de hortaliza donde pasan de tres a cuatro horas al día, y no solo les sirve como terapia sino que todo lo que cosechan más adelante lo utilizan en la cocina
Aquí, los beneficiarios siembran papa, cebolla, frijol, lechuga, que después ocupan para el consumo ya que ellos preparan sus propios alimentos.
No obstante, no todos los internos cuentan con la oportunidad de pasar por la casa a mitad del camino, eso depende de los jueces, del delito que hayan cometido y la sentencia que hayan compurgado.
"El tratamiento de preliberación lo pueden alcanzar aquellos que no hayan cometido delitos graves y hayan superado el 50% de la condena, los criminólogos notan el cambio en su actitud, ya que aquí, se les dan terapias con criminólogos y psicólogos, por lo que el cambio es notorio, porque ellos llegan nerviosos, con la ideología del centro preventivo de origen, se nota que aquí el tratamiento es diferente, se nota que hay un proceso de reflexión y cambio", indicaron autoridades de la Casa a mitad del Camino.
Pero eso no es todo, ya que los beneficiados también tienen salidas culturales a petición de jueces de ejecución, quienes establecen que deben salir a museos, teatros, parques y cuando hacen estas salidas (dos veces al mes) dependiendo de la obligación que el juez les imponga, ahí se reúnen con la familia
Este sistema se implementó en el Distrito Federal a partir del 25 de noviembre de 2012 ya no les llaman internos sino beneficiados, el tiempo límite para estar en este lugar son de 8 meses y luego deberán poner en práctica lo que aprendieron en la casa a mitad del camino.
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