HUNTSVILLE, Texas, (Notimex).- Unos 50 activistas contra la pena de muerte permanecieron durante horas congregados para protestar por la aplicación del castigo capital al mexicano.
Algunos familiares de Tamayo también se sumaron a los manifestantes, que realizaron oraciones y emitieron consignas contra las autoridades de Texas.
Tamayo se convirtió en el noveno mexicano ejecutado en Estados Unidos desde 1976, cuando se reactivó la pena de muerte en el país.
Ocho han sido aplicadas en Texas y una en Virginia.
La ejecución coloca de nuevo a Texas en pleno desacato de acuerdos internacionales, pues volvió a hacer caso omiso de una petición formulada en 2004 por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
Dicho organismo solicitó a Estados Unidos suspender la ejecución de Tamayo y la de otros reos mexicanos sentenciados a muerte, hasta que sus casos fueran revisados de nuevo.
En su fallo, la corte internacional dictaminó que Estados Unidos violó el Artículo 36 de la Convención de Viena de 1963, al no ofrecer a los mexicanos la posibilidad de acogerse a su derecho a asistencia diplomática "sin retraso" tras su detención.
Texas había ya antes ignorado el dictamen de la CIJ con la ejecución de los mexicanos José Ernesto Medellín en agosto de 2008 y de Humberto Leal en junio de 2011.
La ejecución de Tamayo se retrasó en forma inusual debido a que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos consideró al menos dos apelaciones.
La abogada de Tamayo, Sandra Babcock, indicó que no procedieron los recursos relacionados con la violación de los derechos consulares de su cliente ni sobre el presunto retraso mental del acusado.
"Hoy Texas ha mostrado nuevamente su desprecio absoluto por el estado de derecho y los compromisos de los Estados Unidos con los tratados", señaló Babcock.
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