CIUDAD DEL VATICANO, (Notimex).- El Papa Francisco advirtió hoy contra la tentación de juzgar a todos, incluso a Dios, al repasar la historia del ciego que se abrió a la luz y los doctores de la ley que cayeron en la ceguera.
Durante la reflexión previa al rezo del Angelus, que presidió ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el líder católico instó a los fieles a eliminar los comportamientos que no son cristianos.
"Todos nosotros somos cristianos, pero todos nosotros, todos, algunas veces tenemos comportamientos no cristianos, comportamientos que son pecados", señaló.
"Debemos arrepentirnos de esto, eliminar estos comportamientos para caminar decididamente en el camino de la santidad", agregó.
Estableció que en ocasiones la vida de las personas es más parecida a la de un ciego abierto a la luz, pero en otras, por desgracia, es como la de los doctores: "desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los demás e incluso al Señor".
Sostuvo que los bautizados han recibido la luz para comportarse con humildad, paciencia y misericordia, mientras los doctores no tenían ni humildad, ni paciencia, ni misericordia.
En uno de sus tradicionales consejos, Francisco sugirió a todos que, cuando volviesen a sus casas, tomar la Biblia y leer el capítulo 9 porque "les hará bien" y "verán este camino de la ceguera a la luz y el otro camino malo hacia la profunda ceguera".
Instó a todos a preguntarse cómo está su corazón, si tienen el corazón abierto o cerrado hacia Dios y hacia el prójimo.
"Siempre tenemos en nosotros alguna cerrazón nacida del pecado, de los errores. ¡No tenemos que tener miedo! Abrámonos a la luz del Señor, él nos espera siempre para hacernos ver mejor, para darnos más luz, para perdonarnos", ponderó.
Durante la reflexión previa al rezo del Angelus, que presidió ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el líder católico instó a los fieles a eliminar los comportamientos que no son cristianos.
"Todos nosotros somos cristianos, pero todos nosotros, todos, algunas veces tenemos comportamientos no cristianos, comportamientos que son pecados", señaló.
"Debemos arrepentirnos de esto, eliminar estos comportamientos para caminar decididamente en el camino de la santidad", agregó.
Estableció que en ocasiones la vida de las personas es más parecida a la de un ciego abierto a la luz, pero en otras, por desgracia, es como la de los doctores: "desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los demás e incluso al Señor".
Sostuvo que los bautizados han recibido la luz para comportarse con humildad, paciencia y misericordia, mientras los doctores no tenían ni humildad, ni paciencia, ni misericordia.
En uno de sus tradicionales consejos, Francisco sugirió a todos que, cuando volviesen a sus casas, tomar la Biblia y leer el capítulo 9 porque "les hará bien" y "verán este camino de la ceguera a la luz y el otro camino malo hacia la profunda ceguera".
Instó a todos a preguntarse cómo está su corazón, si tienen el corazón abierto o cerrado hacia Dios y hacia el prójimo.
"Siempre tenemos en nosotros alguna cerrazón nacida del pecado, de los errores. ¡No tenemos que tener miedo! Abrámonos a la luz del Señor, él nos espera siempre para hacernos ver mejor, para darnos más luz, para perdonarnos", ponderó.
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