Alejandro Colón
En 12 años, el número de niños, niñas y adolescentes que trabajan para aportar al sustento familiar aumentó 12 por ciento.
La cifra llegó a tres millones doscientos setenta mil menores, informó la Cámara de Diputados.
De los menores que trabajan, 42 por ciento no estudia, 38 por ciento sufre una situación inestable en la escuela y 2 de cada 10 cubren irregularmente sus estudios, alcanzando en su mayoría el cuarto y sexto año de primaria.
Menciona que de acuerdo con el Centro de Análisis Multidiciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, 2.125,500 niños y 1.144,500 niñas, de cinco a 12 años de edad, desempeñaron una actividad laboral en el primer trimestre de 2012.
Expresa que, según la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, los sectores agropecuario, industrial, de la construcción, servicios, comercio y trabajos domésticos, son los que más emplean a menores.
La encuesta sumó a éstos, de los cuales 39.1 por ciento (1.2 millones) no asiste a la escuela, 72.3 son niños y 27.7 niñas.
Explica que además de recibir muy bajos salarios, el 28 por ciento de estos niños se encontraba en riesgo de trabajo, 4 por ciento había sufrido alguna enfermedad o accidente que requería atención médica y 5.5 laboraba en lugares no apropiados.
Cita también un reporte de 2012 elaborado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en el cual refieren que el trabajo infantil es un fenómeno que afecta a la niñez de las zonas urbanas y rurales.
En la iniciativa, turnada a la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, el legislador del PRI indica que éste es un fenómeno transnacional del que ningún país queda exento y está rigurosamente prohibido por legislaciones internacionales y nacionales.
Sin embargo, señala, "la dramática realidad y las estadísticas confirman a millones de niñas, niños y adolescentes siendo objeto de explotación laboral en todas partes del mundo y México no es la excepción".
En el documento expresa que al encaminar a millones de niñas y niños mexicanos exclusivamente al trabajo, se continúa "el mismo círculo familiar de carentes condiciones de vida y oportunidades para desarrollarse", se trasgreden sus derechos humanos a la salud, al bienestar, al sano desarrollo y a una educación para aspirar a trabajos mejor remunerados.
Refiere que la situación que enfrenta la niñez mexicana que trabaja para cubrir necesidades del hogar, escolares y personales, representa una gran preocupación para el Estado, pues el trabajo infantil ha lacerado su desarrollo integral, por lo que urgió su intervención para considerar las disposiciones del Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En 12 años, el número de niños, niñas y adolescentes que trabajan para aportar al sustento familiar aumentó 12 por ciento.
La cifra llegó a tres millones doscientos setenta mil menores, informó la Cámara de Diputados.
De los menores que trabajan, 42 por ciento no estudia, 38 por ciento sufre una situación inestable en la escuela y 2 de cada 10 cubren irregularmente sus estudios, alcanzando en su mayoría el cuarto y sexto año de primaria.
Menciona que de acuerdo con el Centro de Análisis Multidiciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, 2.125,500 niños y 1.144,500 niñas, de cinco a 12 años de edad, desempeñaron una actividad laboral en el primer trimestre de 2012.
Expresa que, según la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, los sectores agropecuario, industrial, de la construcción, servicios, comercio y trabajos domésticos, son los que más emplean a menores.
La encuesta sumó a éstos, de los cuales 39.1 por ciento (1.2 millones) no asiste a la escuela, 72.3 son niños y 27.7 niñas.
Explica que además de recibir muy bajos salarios, el 28 por ciento de estos niños se encontraba en riesgo de trabajo, 4 por ciento había sufrido alguna enfermedad o accidente que requería atención médica y 5.5 laboraba en lugares no apropiados.
Cita también un reporte de 2012 elaborado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en el cual refieren que el trabajo infantil es un fenómeno que afecta a la niñez de las zonas urbanas y rurales.
En la iniciativa, turnada a la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, el legislador del PRI indica que éste es un fenómeno transnacional del que ningún país queda exento y está rigurosamente prohibido por legislaciones internacionales y nacionales.
Sin embargo, señala, "la dramática realidad y las estadísticas confirman a millones de niñas, niños y adolescentes siendo objeto de explotación laboral en todas partes del mundo y México no es la excepción".
En el documento expresa que al encaminar a millones de niñas y niños mexicanos exclusivamente al trabajo, se continúa "el mismo círculo familiar de carentes condiciones de vida y oportunidades para desarrollarse", se trasgreden sus derechos humanos a la salud, al bienestar, al sano desarrollo y a una educación para aspirar a trabajos mejor remunerados.
Refiere que la situación que enfrenta la niñez mexicana que trabaja para cubrir necesidades del hogar, escolares y personales, representa una gran preocupación para el Estado, pues el trabajo infantil ha lacerado su desarrollo integral, por lo que urgió su intervención para considerar las disposiciones del Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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