Alvaro Velázquez, Foto: cortesía de Ricardo Mendoza
CIUDAD NEZAHUALCOYOTL, Méx.- En lo que la policía calificó como un claro ajuste de cuentas entre presuntos mafiosos, un joven de 25 años de edad fue ejecutado de dos balazos en la cabeza por un par de malvivientes que lo sorprendieron justo en el momento en que salió de su domicilio.
Mientras el malogrado joven se desplomó sobre la banqueta, en medio de un charco de sangre, los presuntos homicidas emprendieron la famosa huida, sin que ninguno de los vecinos se haya percatado de sus rasgos físicos ni su media filiación, por lo que hasta el momento se desconoce todo sobre la identidad y posible paradero de los criminales.
Los hechos que costaron la vida de quien fue identificado como César Erick Martínez, de 25 años de edad, se registraron esta tarde, al filo de las 17:00 horas frente a su domicilio, ubicado en el número 419 de Rosita Alvirez esquina Rancho Grande, Colonia Benito Juárez, en este municipio.
Autoridades policiacas informaron que de acuerdo con versiones que dieron algunos vecinos, el ahora occiso acababa de salir de su domicilio y estaba parado sobre la banqueta cuando fue sorprendido por dos sujetos que sin mediar palabra lo asesinaron a quemarropa, al dispararle a corta distancia dos balazos en la cabeza.
Los atónitos vecinos señalaron que cuando escucharon las detonaciones de inmediato voltearon y en ese momento sólo observaron a César tirado en medio de un charco de sangre, pero a los criminales ya no los vieron, pues ya se habían dado a la fuga.
Todavía con la esperanza de que el malogrado joven viviera, los mismos vecinos rápidamente pidieron la intervención de una ambulancia, pero cuando los tripulantes de la unidad 107 de rescate municipal arribaron a la zona y trataron de brindarle los primeros auxilios al baleado, determinaron que ya no podían hacer nada por él, pues ya había muerto a consecuencia de dos certeros balazos en la cabeza.
Al tener conocimiento de los hechos, el ministerio público se presentó en el lugar, donde una vez que practicó las primeras inspecciones oculares informó que el occiso quedó tirado boca arriba, sobre la banqueta y que presentaba dos balazos en la cabeza, al parecer de una pistola calibre .25, pues en el lugar fueron encontrados igual número de casquillos percutidos de dicha arma.
Familiares del ahora occiso que se encontraban verdaderamente destrozados y que lloraban incansablemente, dijeron a la policía que desconocían la identidad de los sujetos que asesinaron a César y los motivos que tuvieron para hacerlo, pues hasta donde sabían era un joven tranquilo, que no se metía con nadie ni andaba en líos.
Pero no obstante ello, policías ministeriales consideraron que los familiares mintieron para proteger la imagen de César e indicaron que por la forma en que se dieron los hechos, seguramente este joven sí andaba en malos pasos y fue ejecutado en una venganza de presuntos mafiosos, por lo que en un intento por aclarar el crimen aseguraron que ya iniciaron las investigaciones correspondientes.
Mientras el malogrado joven se desplomó sobre la banqueta, en medio de un charco de sangre, los presuntos homicidas emprendieron la famosa huida, sin que ninguno de los vecinos se haya percatado de sus rasgos físicos ni su media filiación, por lo que hasta el momento se desconoce todo sobre la identidad y posible paradero de los criminales.
Los hechos que costaron la vida de quien fue identificado como César Erick Martínez, de 25 años de edad, se registraron esta tarde, al filo de las 17:00 horas frente a su domicilio, ubicado en el número 419 de Rosita Alvirez esquina Rancho Grande, Colonia Benito Juárez, en este municipio.
Autoridades policiacas informaron que de acuerdo con versiones que dieron algunos vecinos, el ahora occiso acababa de salir de su domicilio y estaba parado sobre la banqueta cuando fue sorprendido por dos sujetos que sin mediar palabra lo asesinaron a quemarropa, al dispararle a corta distancia dos balazos en la cabeza.
Los atónitos vecinos señalaron que cuando escucharon las detonaciones de inmediato voltearon y en ese momento sólo observaron a César tirado en medio de un charco de sangre, pero a los criminales ya no los vieron, pues ya se habían dado a la fuga.
Todavía con la esperanza de que el malogrado joven viviera, los mismos vecinos rápidamente pidieron la intervención de una ambulancia, pero cuando los tripulantes de la unidad 107 de rescate municipal arribaron a la zona y trataron de brindarle los primeros auxilios al baleado, determinaron que ya no podían hacer nada por él, pues ya había muerto a consecuencia de dos certeros balazos en la cabeza.
Al tener conocimiento de los hechos, el ministerio público se presentó en el lugar, donde una vez que practicó las primeras inspecciones oculares informó que el occiso quedó tirado boca arriba, sobre la banqueta y que presentaba dos balazos en la cabeza, al parecer de una pistola calibre .25, pues en el lugar fueron encontrados igual número de casquillos percutidos de dicha arma.
Familiares del ahora occiso que se encontraban verdaderamente destrozados y que lloraban incansablemente, dijeron a la policía que desconocían la identidad de los sujetos que asesinaron a César y los motivos que tuvieron para hacerlo, pues hasta donde sabían era un joven tranquilo, que no se metía con nadie ni andaba en líos.
Pero no obstante ello, policías ministeriales consideraron que los familiares mintieron para proteger la imagen de César e indicaron que por la forma en que se dieron los hechos, seguramente este joven sí andaba en malos pasos y fue ejecutado en una venganza de presuntos mafiosos, por lo que en un intento por aclarar el crimen aseguraron que ya iniciaron las investigaciones correspondientes.
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