La tarde de este viernes Agustín Gómez, sobrino del detenido, se tiró al suelo justo en la entrada principal del Congreso, mientras que otras personas le rociaron dos pequeñas garrafas de gasolina sobre su cuerpo. Uno de ellos fue quien le prendió fuego a Agustín.
Las mujeres, niños y niñas integrantes de la organización lloraban mientras Agustín no pudo más y volvió a caer en un poco de arena. Un grupo de hombres se acercaron a tirarle agua hasta que el fuego se apagó.
El joven quedó quemado en varias partes de su cuerpo, sobre todo en su rostro. Fue trasladado al hospital regional de la capital tuxtleca. Una mujer familiar de Florentino desmayó y el padre Ermisendo Gómez dijo a los medios de comunicación que en caso de que no liberen a su hijo se asesinarán a las afueras del Congreso de Chiapas. Las mujeres y niños lloraban y exigían al gobierno la libertad del líder campesino.
De acuerdo al Comité de Derechos Humanos Digna Ochoa, Florentino Gómez ha sido un luchador social desde 1990, ha manifestado su inconformidad por las altas tarifas de luz eléctrica en la entidad y ha mostrado su solidaridad a los presos políticos en Chiapas, entre ellos, el maestro Alberto Patishtan. Formó parte del Foro Regional contra las Minerías y Represas, que se realizó en el municipio de Jitotol
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