*Conmueve la fe de peregrinos guadalupanos
Patricia Carrasco
"Humanamente no es posible explicar la llegada de miles de peregrinos a la Basílica de Guadalupe a pie, tras caminar un mes, una semana o algunos días y llegar llenos de ampollas; que lleguen hincados con las rodillas lastimadas, que dejen sus casas, trabajo y familia para venir a venerar a la Virgen Morena", comentó el padre Luis David García González, presbítero de la Capilla del Santuario de Santa María de Guadalupe.
En una entrevista con LA PRENSA, el sacerdote que es capellán de coro, que bendice y confiesa a los fieles que acuden al Templo Mariano más grande de América Latina, expresó su emoción de estar presente cada 12 de diciembre en ese templo, y dijo que la explicación de los ríos de fieles a la Basílica es amor, la devoción para la Virgen, el amor a Dios. "Sólo se puede ver con los ojos de fe".
Venir cada año a La Villa, señaló el sacerdote, "le da sentido a su vida, encuentran en sus peregrinaciones un gran consuelo, sienten que la Virgen Morena los proteja, los ayuda, los ilumina y es su forma de corresponderlo al amor que Dios les manifiesta".
García González, quien es también psicólogo, apoya a personas que tienen atracción hacia el mismo sexo, ya sean hombres o mujeres; señala que ser cura en la Basílica es privilegio, una bendición, un honor estar presentes en la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
Detalló que los fieles vienen por muchas intenciones, además de su fe, devoción, porque tienen alguna dependencia, alcohol, drogas, por alguna decepción amorosa, agradecer tener trabajo, tener salud, tener vida, y también piden por la paz y se erradique la violencia en nuestro país, pues sienten que reciben el auxilio de la Virgen
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