Pide la Iglesia a fieles actitud de compromiso, ante egoísmos

Pa­tri­cia Ca­rras­co


La Igle­sia Ca­tó­li­ca con­vo­có a la so­cie­dad me­xi­ca­na cam­biar su ac­ti­tud, es­tar más com­pro­me­ti­dos con la gen­te; a "li­brar­se de egoís­mos y sos­te­ner una re­la­ción po­si­ti­va con los de­más", ya que a la fe­cha se vi­ve una cri­sis, de mu­cha ten­sión so­cial por la vio­len­cia, in­se­gu­ri­dad, co­rrup­ción e im­pu­ni­dad.

Pues si bien las no­ti­cias que en es­te país pre­va­le­cen son acer­ca de la vio­len­cia, de un sin­nú­me­ro de ase­si­na­tos, se­cues­tros, sui­ci­dios e in­fi­de­li­da­des, to­dos de­be­mos tra­ba­jar por un Mé­xi­co más jus­to.

Asi­mis­mo, re­co­no­ció que es tiem­po de qui­tar "la ca­ra de pie­dra" de los in­te­gran­tes de es­ta Igle­sia, y ser más fle­xi­bles, más hu­ma­nos, pa­ra ayu­dar al país y a la ciu­dad de Mé­xi­co, a su­pe­rar su ac­tual cri­sis.

"De­be­mos de qui­tar­nos la ca­ra de pie­dra. Ya no es po­si­ble que la Igle­sia ten­ga per­so­nas con ca­ra de pie­dra o co­mo en­te­rra­do­res, co­mo di­ce el san­to pa­dre Fran­cis­co, si­no per­so­nas agra­da­bles y po­si­ti­vas que de­mos de los de­más, mí­ni­mo, los ges­tos agra­da­bles de la son­ri­sa y la sim­pa­tía", in­di­có el pre­la­do.

En la mi­sa do­mi­ni­cal en la Ca­te­dral Me­tro­po­li­ta­na, el obis­po Au­xi­liar, An­to­nio Or­te­ga Fran­co, di­jo que los obis­pos, sa­cer­do­tes, ca­nó­ni­gos, pres­bí­te­ros, tie­nen mu­cho que apor­tar al pue­blo de Mé­xi­co, pa­ra sa­car ade­lan­te al país y pa­ra sem­brar una ac­ti­tud más po­si­ti­va en la gen­te.

En la ora­ción de los fie­les se oró por las au­to­ri­da­des ci­vi­les de to­das las na­cio­nes de la Tie­rra, pa­ra que tra­ba­jen por la jus­ti­cia del rei­no de Dios, y sean li­be­ra­dos de to­do ti­po de per­jui­cio o ra­cial.



por los olvidados



Tam­bién, se ele­vó una ora­ción por to­dos los que son ol­vi­da­dos en el aje­treo del mun­do, pa­ra que en es­tos días de Na­vi­dad sean mar­ca­dos con ac­tos de ama­bi­li­dad y sa­cri­fi­cio por par­te de to­dos los cre­yen­tes.

El obis­po Au­xi­liar de Mé­xi­co ma­ni­fes­tó que "ya no nos in­te­re­san las per­so­nas, so­mos ca­pa­ces de des­truir a los de­más con to­da tran­qui­li­dad; al­guien mue­re por­que al­guien le ha qui­ta­do, ¿por qué? Por­que ya no hay re­la­ción agra­da­ble y po­si­ti­va. Por eso, hoy, alé­gra­te", di­jo.

Apun­tó que la fa­mi­lia, ins­ti­tu­ción que tra­di­cio­nal­men­te es de for­ma­ción, tam­bién es­tá en cri­sis". Uno de ca­da tres ma­tri­mo­nios, abun­dó en la ho­mi­lía, se se­pa­ran; las fa­mi­lias vi­ven un am­bien­te de des­truc­ción. 

La Igle­sia, ano­tó, de­be di­fun­dir bue­nas no­ti­cias, por eso de­man­dó a los sa­cer­do­tes asu­mir una ac­ti­tud di­fe­ren­te y es­tar más com­pro­me­ti­dos con la gen­te
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