Entrevistado al término de la oración que realizaran en la capilla del señor Santiago, en agradecimiento por su libertad, el acalde dio a conocer que aportó las pruebas y testimonios de que no tiene relación alguna con el crimen organizado y que son mentiras las imputaciones que hizo un delincuente detenido por el caso Iguala, en el que lo acusa de pagar cuotas al crimen organizado.
"En ese comentario menciona que en una ocasión yo mandé un paquete con seis mil pesos, por eso yo fui a aportar las pruebas, como documentos, así como acuerdos entre los integrantes del cabildo de que no era verdad", precisó.
El edil priísta relató que estuvo dos días recluido en el penal de Nayarit, pero que primero permaneció en las instalaciones de la SEIDO, aportando las pruebas para comprobar su inocencia ante las imputaciones que le estaban haciendo. "Siempre estaré en la disposición de cooperar para el esclarecimiento de los hechos las veces que sea requerido".
Adelantó en decir que el próximo 31 de diciembre, a las 7 de la mañana, en la capilla de Guadalupe acudirá a otra peregrinación en agradecimiento de que no hubo elementos que lo mantuvieran recluido.
Peñaloza Santana aseguró que desde los acontecimientos del 26 de septiembre en Iguala, jamás ha pensado en huir o esconderse, "nosotros vamos a estar en la mejor disposición de acudir cuando así lo requiera la autoridad y seguiremos trabajando por nuestro municipio como lo refrendamos el primero de octubre del 2012 que tomamos posesión".
Calificó como una mentira la versión de que tiene nexos con la delincuencia organizada y aclaró que les estuviera pagando cuotas, como lo señalara el testimonio de un detenido sobre los hechos ocurridos donde murieron ciudadanos y normalistas en septiembre pasado.
Reconoció que fue recluido en el penal de Nayarit durante dos días, después de que permaneciera en las instalaciones de la SEIDO en arraigo.
Ayer domingo, Peñaloza Santana encabezó una peregrinación de unas 500 personas entre familiares, amigos y trabajadores municipales, en punto de las 8 de la mañana, de la capilla de la Virgen de Guadalupe hacia la capilla del Señor Santiago, donde los marchistas portaban veladoras, flores y el alcalde entre sus manos portaba la imagen de la Virgen de Guadalupe.
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