Genoveva Ortiz
En la misa dominical en la Catedral Metropolitana, la comunidad católica elevó oraciones por el padre Gregorio López Gorostieta, quien fue secuestrado el 21 de diciembre y encontrado sin vida el pasado jueves.
La feligresía rezó "por el eterno descanso del señor presbítero Gregorio López Gorostieta, secuestrado y asesinado de forma injusta y violenta, para que Dios lo reciba en su reino y a los culpables les otorgue el arrepentimiento y la conversión necesaria para el perdón de sus pecados".
Ante este hecho criminal, el semanario católico "Desde la fe" publicó el artículo titulado: "El riesgo de ser sacerdote en México", en el cual advierte que en los últimos 24 años se han perpetrado 47 atentados contra miembros de la Iglesia Católica.
La publicación, elaborada por el Centro Católico Multimedia (CCM), señala el incremento de las agresiones contra el clero, ya que en los últimos 12 meses dos sacerdotes adscritos a la Arquidiócesis de Acapulco fueron secuestrados.
El informe revela que de los 47 atentados contra miembros de la Iglesia Católica, 45 son crímenes arteros, y 2 corresponden a sacerdotes que siguen en calidad de desaparecidos.
La lista de los agentes de pastorales que han perdido la vida de modo violento durante este periodo es encabezada por 1 cardenal, 34 sacerdotes, 1 diácono, 3 religiosos, 5 laicos y una periodista católica.
Como señaló el CCM en su informe anterior, en los dos primeros años de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, se tiene registro de ocho sacerdotes asesinados, mientras que dos aún continúan desaparecidos.
El documento revela que la tendencia de atentados contra sacerdotes continúa al alza, pues se registró un aumento del cien por ciento al cierre de 2014, comparado con el segundo año de gestión del sexenio pasado.
El informe detalla algunos de los asesinatos contra sacerdotes, entre ellos, el de un presbítero que pertenecía a la Diócesis de Atlacomulco, Estado de México, quien fue asesinado cuando se perpetraba un robo en el templo del cual era párroco.
También habla sobre el rescate de tres sacerdotes: uno de la Diócesis de Apatzingán, Estado de Michoacán; uno más de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, y un sacerdote de la Arquidiócesis de Xalapa, quién fue víctima de un secuestro.
En relación a los templos sagrados, se tienen contabilizados varios agravios sacrílegos. En este rubro se registró un aumento del cien por ciento en los robos a templos sagrados, comparado con el sexenio pasado.
Un ejemplo de lo anterior sucedió el 23 julio de 2014, cuando elementos de la Marina, con un grupo de agentes del ministerio público federal, irrumpieron violentamente en un templo de la Diócesis de Apatzingán, Estado de Michoacán; así lo hizo saber el entonces señor obispo Miguel Patiño en un escrito dirigido al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
"Esto nos permite ver que los agentes de pastoral en México son cada vez más vulnerables a la creciente ola de agresión, asesinatos y desapariciones forzadas, puesto que las autoridades les brindan poca o nula protección contra atentados, sobre todo en las zonas de alto riesgo donde prolifera la inseguridad y operan los grupos del crimen organizado", señala.
El artículo menciona que recientemente el Episcopado Mexicano y sacerdotes de diversas diócesis del país han expresado un rotundo "¡Basta ya!", y han señalado: "No queremos más sangre"; además, han hecho un llamado a los fieles a participar para construir una nación en la que se valore la vida, la dignidad y los derechos de indígenas, migrantes, mujeres, niños, jóvenes y ancianos para restaurar la justicia y la paz en el país
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