Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
Cansado de los maltratos y para quedarse con el negocio familiar, un individuo al que sus padres constantemente regañaban por ser "nini", porque ni estudiaba ni trabajaba, puso fin a ese asunto y con un arma de fuego le quitó la vida a sus progenitores y a la trabajadora doméstica para que no lo delatara. Luego de cometer el triple crimen, con una sierra eléctrica cercenó los cuerpos y los colocó en bolsas de plástico negras para deshacerse de éstos, pero fue detenido.
El parricida, de acuerdo a lo asentado en el acta que se dio inicio por el delito de homicidio calificado, se encontraba en su vivienda planeando cómo llevar a cabo su "venganza" ante los constantes regaños de sus padres, por lo que el crimen de la trabajadora doméstica se convirtió en un daño colateral, porque estaba en el inmueble de la Colonia Lindavista a la hora equivocada.
De acuerdo a lo ya declarado, Edgar Guzmán Sánchez tuvo una discusión con sus padres, porque constantemente lo regañaban porque no estudiaba ni trabajaba, hasta que se molestó y tomó un arma de fuego calibre .38 y la accionó en contra de ellos y la trabajadora doméstica, cortándoles de tajo la vida, sin imaginar que no hay asesinatos perfectos.
Se conoció que antes de quitarle la vida a las tres personas, Edgar Guzmán Sánchez acudió a una negociación en el Centro Histórico de la ciudad de México, en donde adquirió una sierra eléctrica. Ya con ese artefacto en sus manos también compró unas bolsas de plástico de color negro, porque ya tenía fraguado su plan para deshacerse de los restos de sus progenitores y la famulla.
Sin embargo, los planes le comenzaron a salir mal, porque unos familiares que radican en el Estado de Puebla, llamaron a la casa de la víctima y nadie les contestaba, motivo por el cual buscaron a Edgar y lo localizaron a través de su celular, diciéndoles que no sabía nada de su papá y su mamá, y que él se encontraba de paseo en el Estado de Guanajuato.
El no localizar a sus familiares, les hizo trasladarse a la vivienda en la Colonia Lindavista, perímetro de la Delegación Gustavo A. Madero. Cuando se encontraban en las afueras del inmueble, se percataron que la puerta estaba abierta y había luz en el interior, por ello buscaron el apoyo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).
Al entrar, los uniformados encontraron al multihomicida portando en una de sus manos la pistola calibre .38, por lo que se le ordenó la bajara. Sometido el sujeto, los parientes poblanos buscaron a sus familiares, descubriendo el macabro cuadro: estaban cortados en varias partes y colocados en bolsas negras de plástico, pero no solamente ellos, sino también la persona que trabajaba en las actividades domésticas.
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