Alvaro Velázquez y Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
Hoy martes, al filo de las 7 de la mañana cuando un compañero del ahora occiso, que en vida respondió al nombre de Francisco Cepeda, de 52 años de edad, llegó a las instalaciones donde se encontraba el pozo de agua, ubicadas en el kilómetro 51 del Circuito Exterior Mexiquense, a la altura de la Unidad Habitacional Paseos de Ecatepec, para relevarlo, se dio cuenta que estaba dentro de la caseta y al tratarlo de despertar se percató que no respondía ni se movía, por lo que de inmediato solicitó la intervención de una ambulancia de la Cruz Roja.
Posteriormente, cuando paramédicos de la benemérita institución llegaron y trataron de brindarle los primeros auxilios al uniformado, determinaron que ya no había nada qué hacer, pues ya estaba muerto y que al parecer, por lo que se pudo observar, había fallecido víctima de un paro cardiaco fulminante, que lo sorprendió cuando dormía plácidamente.
Al tener conocimiento de los hechos, el agente del ministerio público se presentó en el lugar, donde una vez que practicó las primeras inspecciones oculares, informó que a simple vista no se le apreciaron al uniformado golpes o heridas por armas de fuego o punzocortantes en el cuerpo y que existían indicios de que había muerto de un paro cardiaco como lo manifestaron paramédicos de la Cruz Roja.
Sin embargo, dijo el MP, a pesar de estas evidencias serán los peritos y el médico legista del centro de justicia local, quienes determinen las verdaderas causas que originaron la muerte del elemento de la Policía Auxiliar del Distrito Federal, una vez que concluyan con los trabajos correspondientes, lo anterior para deslindar responsabilidades.
dos en el df
En diferentes casos, dos hombres de la tercera edad perdieron la vida ayer por problemas del corazón, uno de ellos en Eje Central y Lucas Alamán, y el otro en las afueras de la estación del Metro Pino Suárez, pero solamente el primero iba acompañado de su hijo, quien nada pudo hacer por su progenitor cuyo cuerpo quedó en la banqueta hasta que llegó el agente del ministerio público.
Primero, el señor que era acompañado por su hijo, caminaban sin problema alguno, cuando de pronto se desvaneció y su hijo intentó prestarle ayuda; sin embargo, nada pudo hacer, tampoco los paramédicos que solamente acudieron para decretar que el señor había dejado de existir, todo porque se apreciaba que tenía problemas del corazón y sufrió un paro cardiaco.
El afligido hijo no daba crédito a lo que ocurría, porque literalmente el señor falleció en sus brazos, motivo por el que se comunicó con sus familiares para darles la desagradable noticia e informarles a la vez el sitio en donde sería trasladado el cuerpo de su padre, luego de que terminaran de hacer su trabajo los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Más tarde, en las afueras de la estación del Metro Pino Suárez, se presentó el caso de otra persona que sufrió un infarto, quedando su cuerpo a escasos metros de la entrada, hasta donde se presentó la autoridad para que se iniciara la investigación sobre este caso, toda vez que por la peligrosidad de la zona se había dicho en primera instancia, que se trató de un asalto.
En ambos casos, el agente del ministerio público en la Delegación Cuauhtémoc dio inicio a las averiguaciones previas correspondientes, y se ordenó a elementos de la Policía de Investigación, que se dieran a la tarea de dar aviso a los familiares de las víctimas y acudieran a reclamar los restos de sus seres queridos
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