Genoveva Ortiz
El cardenal Norberto Rivera Carrera llamó a la comunidad cristiana a promover un sano feminismo y defender la igualdad total entre el hombre y la mujer a nivel personal, en derechos humanos, en el hogar, profesión, sociedad e Iglesia.
Durante la homilía dominical, la feligresía pidió por los ancianos que fallecieron en el Asilo Hermoso Atardecer, así como por sus familiares y las personas que resultaron heridas.
"No podemos seguir aplicando al hombre y a la mujer la teoría trasnochada de lucha de clases como si fueran dos seres irreconciliables. En el proyecto de Dios el hombre y la mujer tienen la misma dignidad, pero fueron hechos distintos para la mutua complementariedad y no para la guerra", apuntó el cardenal.
Señaló que con frecuencia la mujer es marginada, su dignidad sometida a múltiples peligros, su integridad objeto de la violencia, su feminidad explotada y comercializada.
Durante la homilía dominical, el jerarca católico explicó que la Iglesia ha de seguir sus mejores tradiciones de sano feminismo. "Hemos de estimar y defender la igualdad total entre el hombre y la mujer a nivel personal, en los derechos humanos. Pero también debemos afirmar su diversidad, no como contrapuestas o contradictorias, sino como complementarias".
Por ello, instó a que la Iglesia siga el ejemplo de Jesús y permanezca cercana a toda mujer, ya que sin ella no se dará la humanización de los procesos transformadores que todos anhelan: "es urgente defender la vida humana en nuestro país por los múltiples ataques con que la amenazan sectores de la sociedad, tomando inclusive la supresión de la vida humana como bandera de progreso y de lucha social.
El cristiano y la Iglesia no pueden quedarse en una simple denuncia de todo aquello que atente contra la vida, debe llevar al hombre y a la mujer a pasar de condiciones menos humanas a condiciones cada vez más humanas", dijo.
Finalmente, invitó a luchar "por la incorporación de la mujer a todas las tareas de la Iglesia y de la sociedad. Lejos de un ecologismo chato, que sólo potencia ciertos aspectos de la existencia humana, seamos vitalistas y ecologistas, defendiendo, por supuesto las ballenas y las tortugas, los arrecifes de corales y los mantos acuíferos, pero también la vida del hombre en su integridad desde el seno materno hasta la eternidad. Este es el camino que nos ha trazado el Papa Francisco, leamos atentamente su carta encíclica 'Laudato si', 'Alabado seas' y hagamos lo que a cada uno de nosotros corresponde", concluyó
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