*Pide la Comisión Permanente informe sobre acciones ejecutadas para disminuir su consumo.
*En México se ingieren 26,032 millones de litros, por encima de Alemania y Brasil, según datos del Observatorio Hídrico de la UNAM; las familias destinan recursos que equivalen más del doble del costo por el servicio de la red pública
Genoveva Ortiz
En México se consumen 26,032 millones de litros de agua embotellada, de los cuales 70 por ciento son en garrafón y el resto en botellas de plástico, ubicándolo como el país en el que se consume más agua embotellada, por encima de Alemania y Brasil.
Según datos del Observatorio Hídrico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la mala calidad en el servicio de agua potable ha propiciado esta situación, en la que 81 por ciento de los mexicanos adquieren agua de manera embotellada.
En este contexto, la Comisión Permanente pidió a las secretarías de Salud y de Desarrollo Social, así como a la Comisión Nacional del Agua, un informe sobre las acciones implementadas o que se llevarán a cabo para disminuir el consumo de agua embotellada y lograr la potabilización y suministro de agua potable a la ciudadanía, el cual deberá ser entregado en un plazo no mayor a 15 días naturales.
Además, solicitó al gobierno federal que, a través de dichas dependencias, diseñe políticas públicas por las que se instalen bebederos de agua potable para consumo humano en parques, jardines y edificios públicos.
En el dictamen aprobado por el Pleno en la sesión del 22 de julio, se pone de manifiesto que el alto consumo de agua embotellada repercute de manera negativa en dos aspectos muy importantes para los habitantes del país: en la economía y en la ecología.
Una familia gasta alrededor de 200 pesos mensuales en el consumo de agua embotellada, lo que representa el doble del costo por el servicio de agua entubada. Además, dicha cantidad constituye entre 5 y 10 por ciento de sus ingresos, y en el caso de las familias con mayores índices de pobreza, hasta 20 por ciento del total de sus ingresos.
En el texto del documento también se reconoce que México es un país con baja disponibilidad de agua por lo que se presentó una propuesta de Ley General de Aguas en la Cámara de Diputados, la cual fue rechazada por diversas organizaciones de la sociedad civil quienes advirtieron que podría perjudicar a la población más necesitada, toda vez que se aprobaría la privatización y control del agua por parte de grandes empresas trasnacionales.
Asimismo, expone que el derecho humano al agua, para disponer de esta de forma suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico, se encuadra en las garantías indispensables para asegurar un nivel de vida adecuado, pues es una condición necesaria para la supervivencia e indispensable para el ejercicio de otros derechos.
Por todas estas razones es necesario que se implementen medidas para mejorar el acceso al agua potable en las que se beneficie a las zonas rurales y urbanas, y que al mismo tiempo sean parte de las estrategias de mitigación de la pobreza
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Genoveva Ortiz
En México se consumen 26,032 millones de litros de agua embotellada, de los cuales 70 por ciento son en garrafón y el resto en botellas de plástico, ubicándolo como el país en el que se consume más agua embotellada, por encima de Alemania y Brasil.
Según datos del Observatorio Hídrico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la mala calidad en el servicio de agua potable ha propiciado esta situación, en la que 81 por ciento de los mexicanos adquieren agua de manera embotellada.
En este contexto, la Comisión Permanente pidió a las secretarías de Salud y de Desarrollo Social, así como a la Comisión Nacional del Agua, un informe sobre las acciones implementadas o que se llevarán a cabo para disminuir el consumo de agua embotellada y lograr la potabilización y suministro de agua potable a la ciudadanía, el cual deberá ser entregado en un plazo no mayor a 15 días naturales.
Además, solicitó al gobierno federal que, a través de dichas dependencias, diseñe políticas públicas por las que se instalen bebederos de agua potable para consumo humano en parques, jardines y edificios públicos.
En el dictamen aprobado por el Pleno en la sesión del 22 de julio, se pone de manifiesto que el alto consumo de agua embotellada repercute de manera negativa en dos aspectos muy importantes para los habitantes del país: en la economía y en la ecología.
Una familia gasta alrededor de 200 pesos mensuales en el consumo de agua embotellada, lo que representa el doble del costo por el servicio de agua entubada. Además, dicha cantidad constituye entre 5 y 10 por ciento de sus ingresos, y en el caso de las familias con mayores índices de pobreza, hasta 20 por ciento del total de sus ingresos.
En el texto del documento también se reconoce que México es un país con baja disponibilidad de agua por lo que se presentó una propuesta de Ley General de Aguas en la Cámara de Diputados, la cual fue rechazada por diversas organizaciones de la sociedad civil quienes advirtieron que podría perjudicar a la población más necesitada, toda vez que se aprobaría la privatización y control del agua por parte de grandes empresas trasnacionales.
Asimismo, expone que el derecho humano al agua, para disponer de esta de forma suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico, se encuadra en las garantías indispensables para asegurar un nivel de vida adecuado, pues es una condición necesaria para la supervivencia e indispensable para el ejercicio de otros derechos.
Por todas estas razones es necesario que se implementen medidas para mejorar el acceso al agua potable en las que se beneficie a las zonas rurales y urbanas, y que al mismo tiempo sean parte de las estrategias de mitigación de la pobreza
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