LA PRENSA de Jalisco
GUDALAJARA, Jal., 17 de febrero (OEM).- La sociedad tapatía se ha conmovido profundamente cuando una pareja hizo un pacto suicida, aunque sólo murieron los tres hijos menores, mientras que la mujer resultó gravemente herida, en tanto que el papá tampoco logró quitarse la vida.
Este suceso que enlutó a los vecinos de la Colonia Santa Cecilia, tuvo lugar en la casa ubicada en la esquina del Periférico y la calle Joaquín Pardavé, donde vivió esta pareja con tres niños desde hace tiempo.
El móvil del crimen no ha sido establecido por completo, sólo se conoce que fue el abuelo de los menores, quien extrañado por no haberlos visto durante muchas horas como siempre ocurría llegó hasta la citada vivienda, donde horrorizado encontró un cuadro de sangre y muerte.
Dicen los vecinos que enloquecido por lo que había descubierto sólo se podía escuchar en la calle sus gritos de desesperación y tristeza. "Qué hicieron, qué hicieron, mataron a mis nietos".
Ante esto los vecinos pidieron la presencia de la policía, por lo que se presentaron primero elementos de la Policía Municipal de Guadalajara, que llegaron al número 2255 de la calle Joaquín Pardavé, y al descubrir también a las personas ensangrentadas pidieron apoyo de ambulancias de la Cruz Verde.
En el lugar estaban los cuerpos de los menores de edad Santiago, Gerson y Daniel de apellidos Rodríguez Mendoza, tres chicos de 13, 10 y tres años de edad, que a decir de los vecinos eran muy bien comportados, casi no salían por tener un padre muy estricto, pero conocidos de los que por ahí vivían.
Por desgracia los tres menores de edad ya estaban sin vida, uno de ellos con una cuchillada en el cuello, y los otros dos con lesiones aparentes de estrangulamiento, lo que probablemente habría ocurrido por la madrugada, según lo pudo percibir la policía.
En la casa también se hallaba la señora Marilú Mendoza, de 30 años de edad, quien presentaba severas heridas producidas por arma blanca, aunque éstas no lograron quitarle la vida, por lo que fue atendida de inmediato, aunque su estado de salud se reporta regular.
Aunque falta una versión oficial derivada de sus declaraciones ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, se conoció que la mujer confesó durante el proceso de detención y traslado a una clínica: "Mi esposo y yo planeamos matar a los niños, y siendo las tres de la mañana, mi esposo le dio un navajazo a nuestro hijo mayor y a los más pequeños los estranguló".
La escalofriante declaración de la mujer incluyó una confesión en que aseguró se trató de un hecho que había sido planeado desde meses antes, y sólo esperaban la oportunidad de llevarlo a cabo.
El móvil no ha sido establecido, pero vecinos afirman que no podría ser un acto derivado de la pobreza, ya que estaban construyendo una casa de dos plantas y tenían carro del año, por lo que aún se espera que tanto la mujer como el esposo se repongan para que aporten una declaración en forma.
, mientras que los cuerpos permanecen en el anfiteatro local, donde serían reclamados por su abuelo para recibir sepultura, aunque el hombre está destrozado por el hallazgo que realizó.
GUDALAJARA, Jal., 17 de febrero (OEM).- La sociedad tapatía se ha conmovido profundamente cuando una pareja hizo un pacto suicida, aunque sólo murieron los tres hijos menores, mientras que la mujer resultó gravemente herida, en tanto que el papá tampoco logró quitarse la vida.
Este suceso que enlutó a los vecinos de la Colonia Santa Cecilia, tuvo lugar en la casa ubicada en la esquina del Periférico y la calle Joaquín Pardavé, donde vivió esta pareja con tres niños desde hace tiempo.
El móvil del crimen no ha sido establecido por completo, sólo se conoce que fue el abuelo de los menores, quien extrañado por no haberlos visto durante muchas horas como siempre ocurría llegó hasta la citada vivienda, donde horrorizado encontró un cuadro de sangre y muerte.
Dicen los vecinos que enloquecido por lo que había descubierto sólo se podía escuchar en la calle sus gritos de desesperación y tristeza. "Qué hicieron, qué hicieron, mataron a mis nietos".
Ante esto los vecinos pidieron la presencia de la policía, por lo que se presentaron primero elementos de la Policía Municipal de Guadalajara, que llegaron al número 2255 de la calle Joaquín Pardavé, y al descubrir también a las personas ensangrentadas pidieron apoyo de ambulancias de la Cruz Verde.
En el lugar estaban los cuerpos de los menores de edad Santiago, Gerson y Daniel de apellidos Rodríguez Mendoza, tres chicos de 13, 10 y tres años de edad, que a decir de los vecinos eran muy bien comportados, casi no salían por tener un padre muy estricto, pero conocidos de los que por ahí vivían.
Por desgracia los tres menores de edad ya estaban sin vida, uno de ellos con una cuchillada en el cuello, y los otros dos con lesiones aparentes de estrangulamiento, lo que probablemente habría ocurrido por la madrugada, según lo pudo percibir la policía.
En la casa también se hallaba la señora Marilú Mendoza, de 30 años de edad, quien presentaba severas heridas producidas por arma blanca, aunque éstas no lograron quitarle la vida, por lo que fue atendida de inmediato, aunque su estado de salud se reporta regular.
Aunque falta una versión oficial derivada de sus declaraciones ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, se conoció que la mujer confesó durante el proceso de detención y traslado a una clínica: "Mi esposo y yo planeamos matar a los niños, y siendo las tres de la mañana, mi esposo le dio un navajazo a nuestro hijo mayor y a los más pequeños los estranguló".
La escalofriante declaración de la mujer incluyó una confesión en que aseguró se trató de un hecho que había sido planeado desde meses antes, y sólo esperaban la oportunidad de llevarlo a cabo.
El móvil no ha sido establecido, pero vecinos afirman que no podría ser un acto derivado de la pobreza, ya que estaban construyendo una casa de dos plantas y tenían carro del año, por lo que aún se espera que tanto la mujer como el esposo se repongan para que aporten una declaración en forma.
, mientras que los cuerpos permanecen en el anfiteatro local, donde serían reclamados por su abuelo para recibir sepultura, aunque el hombre está destrozado por el hallazgo que realizó.
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