*Museo del enervante. Secretaría de la Defensa Nacional. Armas bañadas en oro, estatuillas con piedras preciosas e incluso teléfonos con diamantes que pertenecieron a los capos más temidos son algunas de la piezas que se exhiben en 10 salas para documentar la historia de las drogas
Por: Ignacio Alzaga, Grupo Milenio
A Nazario Moreno, El Chayo, fundador de La Familia Michoacana, abatido durante un enfrentamiento con federales en 2010, lo bajaron del altar que construyeron sus seguidores. La estatuilla elaborada con hoja de oro y piedras preciosas de uno de los capos más temidos de México es punto de referencia de que lo aquí exhibido no es apología del narcotráfico, es desmitificación.
La figura de un hombre que viste una dorada armadura medieval, similar a la de "los cruzados", y que porta una espada, está ahora en el Museo del Enervante, que se ubica en el séptimo piso de la Secretaría de la Defensa Nacional, en Lomas de Sotelo.
Personal militar del 51 Batallón de Infantería localizó esta pieza el 9 de diciembre de 2011 en Apatzingán, Michoacán, cuando se realizaban festejos por el primer aniversario de la muerte del líder de La Familia.
Es la estatuilla de un caballero templario que representa a dicho grupo delictivo, que sus seguidores quieren hacer santo y que en este lugar no tiene "evangelistas".
La lucha de México contra el narcotráfico se describe de manera didáctica en 10 salas, distribuidas en 302 metros cuadrados, que muestran los métodos que emplean los narcotraficantes para transportar la droga, como mariguana en forma de chocolate y queso, y fundamentalmente los operativos y la inteligencia aplicada por la Defensa Nacional para neutralizarlos.
"No es el museo del narcotráfico, no es una apología del delito" dijeron autoridades del Ejército. Tampoco es la visión de un "mundo de éxito", porque al final los personajes de las historias que aquí se describen enfrentaron la cárcel o la muerte.
Aquí se documenta la historia de las drogas en el país. El lugar de honor lo ocupan los nombres escritos en letras doradas de 845 militares caídos en el combate al crimen organizado desde 1976, de ellos 343 en la actual administración, cuando cobró relevancia la
lucha contra el narcotráfico.
lucha contra el narcotráfico.
La exhibición en el Museo del Enervante también muestra que los capos de años recientes no son muy diferentes a las "leyendas negras" del narcotráfico de otras décadas. También tienen lujos y extravagancias, como pistolas bañadas en oro, algunas adornadas con piedras preciosas o figuras religiosas.
Entre las piezas del museo hay una pistola asegurada a Erick Valencia Salazar, El 85, presunto líder del cártel de Jalisco Nueva Generación. La pistola tiene en las cachas las iniciales JUNM y JPNM y figuras grabadas en relieve de una imagen religiosa y un perro, aunque también hay algunos "clásicos," como la que perteneció al líder del cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
El arma fue incautada a Joaquín El Chapo Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, tras su detención en Guatemala en 1993. Hay pistolas calibre nueve milímetros, marca Browning con cachas ortopédicas modificadas para tiro ambidiestro (una de ella para tiro automático y otra con liberador de gases) con diferentes partes doradas; pertenecieron a Héctor Manuel Sauceda Gamboa, El Kariz, operador de la organización de Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo.
Otras piezas son el teléfono móvil marca Royal Hearts On Fire, con cubierta de oro de 24 kilates e incrustaciones de diamantes que fue asegurado el 20 de junio de 2007 a Daniel Pérez Rojas, El Cachetes, uno de los líderes zetas.
Unos lentes Dior de oro, una edición exclusiva que adquirió Benjamín Arellano Félix, dirigente del cártel de Tijuana. También hay armas largas AK-47, conocidas como cuerno de chivo, y armas, más armas, bañadas en oro, cuyos dueños han sido encarcelados o murieron durante enfrentamientos.
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