Por José Francisco Montaño
En el marco del 102 Aniversario de la Revolución Mexicana, el senador del Partido verde Ecologista de México, Gerardo Flores Ramírez lamentó que muchos de los ideales de esta lucha hayan sido olvidados, enterrados y sepultados por la fuerza de intereses particulares que alejaron de la paz al México moderno.
Desde la tribuna del Senado de la República, el legislador resaltó que actualmente persiste la desventaja económica entre la población que no tiene acceso a los beneficios del progreso ni a las garantías constitucionales logradas a raíz de la Revolución de 1910.
Comentó que las comunidades indígenas, habitantes de zonas rurales, personas con discapacidad, los farmacodependientes, las víctimas del narcotráfico y las víctimas de trata de personas, son parte de la población que vive en desventaja social y económica.
Por lo que hizo un llamado para que todos los esfuerzos se enfoquen a esos grupos, a través de políticas incluyentes que contribuyan a un desarrollo regional armónico, pues "es inaceptable que exista un México del norte y otro del sur".
"Ahora como en 1910, tenemos el choque de dos ideologías: izquierda y derecha; liberalismo económico y democracia social a pesar de que podrían ser complementarias. Las posturas radicales en ambas ideologías han desdeñado el motivo por el que luchamos todos: por el interés común y la búsqueda de soluciones para el pueblo", destacó.
Consideró que el reto actual consiste en buscar el consenso entre todas las fuerzas políticas, con el fin de replantear las estrategias para hacer realidad los ideales de la Revolución que están perdidos o no han sido alcanzados, pero a través de los medios democráticos existentes y no por medios violentos.
Dijo que es momento de pasar de las reflexiones a los hechos, pues las generaciones de los años de la revolución cumplieron con su destino y su responsabilidad histórica, ahora "nos toca a nosotros honrarlos, cumpliendo con la nuestra".
Por lo que el Partido Verde retomará y rescatará sus principales demandas como el respeto al sufragio y la distribución equitativa de la riqueza, ya que son las premisas de cualquier estado democrático.
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