CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo (OEM-Reuters y AFP).- Francisco celebrará una importante ceremonia la próxima semana en la capilla de una prisión juvenil en lugar de en el Vaticano o en una basílica de Roma donde se ha realizado con anterioridad, dijo hoy el Vaticano.
El Pontífice realizará el servicio religioso de Jueves Santo en el centro penitenciario para menores Casal del Marmo, en las afueras de Roma.
Durante el servicio, el Papa lava y besa los pies de 12 personas para recordar el gesto de humildad que Jesús tuvo hacia los apóstoles en la víspera de su muerte.
Todos los pontífices anteriores de los que se tiene memoria llevaron a cabo este servicio en la Basílica de San Pedro o en la de San Juan de Letrán, que es la iglesia catedral del Papa dada su condición de obispo de Roma.
Portavoces de la Santa Sede dijeron que no recordaban ninguna ocasión en la que se hubiera realizado en otro lugar.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, el ex cardenal Jorge Mario Bergoglio a menudo conmemoraba el Jueves Santo en una cárcel, un hospital, una residencia de ancianos o con los pobres.
El Pontífice es también obispo de Roma y la decisión de celebrar este acto en la prisión fue otra muestra más de que se toma en serio ese cargo.
Por otro lado, el Papa Francisco sorprendió a un grupo de compatriotas argentinos al invitarlos a un almuerzo informal y familiar en el Vaticano, informó el servicio de información en español del Vaticano (VIS).
"Sonó el móvil y lo último que podía imaginar Pablo Ordoñe, un fraile argentino de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, era que lo llamaban de parte del Papa para 'comer algo' todos juntos", cuenta en una nota VIS.
No se trataba de una ceremonia litúrgica ni de un encuentro de trabajo, sino de una invitación a un grupo de unos cincuenta argentinos para ir a "comer algo" a la hora del almuerzo del miércoles con el nuevo jerarca de la Iglesia católica.
Entre los invitados figuraban miembros de la conferencia episcopal argentina, curas, religiosas, parejas de amigos con hijos, periodistas, cardenales y el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Pablo Cafiero, junto con los empleados y funcionarios de la representación diplomática.
"¡Fue muy fuerte! Era demasiado. Me parecía imposible!", dijo Ordoñe en la Radio Vaticana.
El almuerzo, durante el cual el Papa conversó afablemente con sus invitados, fue realizado en uno de los salones adyacentes a la sala Pablo VI.
"Un gesto muy paisano, muy de América Latina" aseguró el religioso, seducido por el estilo "sencillo" del nuevo Papa desde que se asomó al balcón de la basílica de San Pedro tras ser elegido Pontífice y rechazar la cruz de oro y la capa roja con hilos dorados y borde de piel de armiño.
Además duerme en su habitación del hotel del Vaticano y no ha querido trasladarse a la suite especialmente dispuesta para el Papa, contó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Al día siguiente de su elección, rechazó la limusina papal para ir a la basílica de Santa María la Mayor, pasó por su hotel para pagar la cuenta y usa sus zapatos negros en vez del tradicional mocasín rojo papal
El Pontífice realizará el servicio religioso de Jueves Santo en el centro penitenciario para menores Casal del Marmo, en las afueras de Roma.
Todos los pontífices anteriores de los que se tiene memoria llevaron a cabo este servicio en la Basílica de San Pedro o en la de San Juan de Letrán, que es la iglesia catedral del Papa dada su condición de obispo de Roma.
Portavoces de la Santa Sede dijeron que no recordaban ninguna ocasión en la que se hubiera realizado en otro lugar.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, el ex cardenal Jorge Mario Bergoglio a menudo conmemoraba el Jueves Santo en una cárcel, un hospital, una residencia de ancianos o con los pobres.
El Pontífice es también obispo de Roma y la decisión de celebrar este acto en la prisión fue otra muestra más de que se toma en serio ese cargo.
Por otro lado, el Papa Francisco sorprendió a un grupo de compatriotas argentinos al invitarlos a un almuerzo informal y familiar en el Vaticano, informó el servicio de información en español del Vaticano (VIS).
"Sonó el móvil y lo último que podía imaginar Pablo Ordoñe, un fraile argentino de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, era que lo llamaban de parte del Papa para 'comer algo' todos juntos", cuenta en una nota VIS.
No se trataba de una ceremonia litúrgica ni de un encuentro de trabajo, sino de una invitación a un grupo de unos cincuenta argentinos para ir a "comer algo" a la hora del almuerzo del miércoles con el nuevo jerarca de la Iglesia católica.
Entre los invitados figuraban miembros de la conferencia episcopal argentina, curas, religiosas, parejas de amigos con hijos, periodistas, cardenales y el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Pablo Cafiero, junto con los empleados y funcionarios de la representación diplomática.
"¡Fue muy fuerte! Era demasiado. Me parecía imposible!", dijo Ordoñe en la Radio Vaticana.
El almuerzo, durante el cual el Papa conversó afablemente con sus invitados, fue realizado en uno de los salones adyacentes a la sala Pablo VI.
Además duerme en su habitación del hotel del Vaticano y no ha querido trasladarse a la suite especialmente dispuesta para el Papa, contó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Al día siguiente de su elección, rechazó la limusina papal para ir a la basílica de Santa María la Mayor, pasó por su hotel para pagar la cuenta y usa sus zapatos negros en vez del tradicional mocasín rojo papal
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