ZENPOALA, Hidalgo.- Policías municipales de esta localidad localizaron y detuvieron a 33 indocumentados de origen centroamericano, luego de una denuncia ciudadana en la que se daba cuenta de la presencia sospechosa de varias personas de apariencia extranjera.
Fue en la comunidad de Venustiano Carranza, ubicada a unos cinco kilómetros de la cabecera municipal, donde vecinos de esa población advirtieron la presencia de un grupo de diez personas desconocidas, cuya apariencia levantó sospechas.
De inmediato solicitaron la presencia de la Policía, que al intervenir a los sujetos, éstos admitieron ser indocumentados de Centroamérica, deambulando por el lugar en espera de las personas que los llevarían a la frontera norte del país, dijeron.
Gracias a la información proporcionada por los ilegales, elementos de esa misma corporación ubicaron sobre el boulevard que conduce al centro de la cabecera municipal, a la altura del panteón, un tracto camión marca Volvo, de color blanco, con placas de circulación 735-AH3 del servicio público federal con remolque tapado con plástico y una lona, en cuyo interior se encontraba otro numeroso grupo de personas que aguardaban ser trasladados al norte
Se trataba de 23 indocumentados más, entre los que se encontraban cinco mujeres y cuatro menores de edad, los cuales pretendían llegar a la frontera norte en busca del sueño americano.
Ahí mismo fueron detenidos por los policías zempoalenses el chofer y dos acompañantes más de nacionalidad mexicana, mismos que aceptaron su responsabilidad y participación en el tráfico y traslado de los ilegales de origen hondureño, salvadoreño y guatemalteco, a quienes cobrarían diferentes cantidades de dinero, en dólares y moneda nacional, a los que les aseguraron en su poder varios teléfonos celulares y memorias USB.
Enseguida, los efectivos policiales informaron de la detención a sus homólogos estatales, que apoyaron en el traslado de los 33 migrantes, quienes fueron entregados al Instituto Nacional de Migración en Hidalgo, que se encargó de los trámites legales correspondientes para su deportación.
En tanto, los presuntos polleros y el tráiler fueron puestos a disposición del ministerio público federal; la unidad contaba con un sofisticado sistema de ventilación y calefacción para que las personas no tuvieran problemas de oxigenación y pudieran morir asfixiadas durante el trayecto, al parecer a la ciudad de Monterrey.
Fue en la comunidad de Venustiano Carranza, ubicada a unos cinco kilómetros de la cabecera municipal, donde vecinos de esa población advirtieron la presencia de un grupo de diez personas desconocidas, cuya apariencia levantó sospechas.
De inmediato solicitaron la presencia de la Policía, que al intervenir a los sujetos, éstos admitieron ser indocumentados de Centroamérica, deambulando por el lugar en espera de las personas que los llevarían a la frontera norte del país, dijeron.
Gracias a la información proporcionada por los ilegales, elementos de esa misma corporación ubicaron sobre el boulevard que conduce al centro de la cabecera municipal, a la altura del panteón, un tracto camión marca Volvo, de color blanco, con placas de circulación 735-AH3 del servicio público federal con remolque tapado con plástico y una lona, en cuyo interior se encontraba otro numeroso grupo de personas que aguardaban ser trasladados al norte
Se trataba de 23 indocumentados más, entre los que se encontraban cinco mujeres y cuatro menores de edad, los cuales pretendían llegar a la frontera norte en busca del sueño americano.
Ahí mismo fueron detenidos por los policías zempoalenses el chofer y dos acompañantes más de nacionalidad mexicana, mismos que aceptaron su responsabilidad y participación en el tráfico y traslado de los ilegales de origen hondureño, salvadoreño y guatemalteco, a quienes cobrarían diferentes cantidades de dinero, en dólares y moneda nacional, a los que les aseguraron en su poder varios teléfonos celulares y memorias USB.
Enseguida, los efectivos policiales informaron de la detención a sus homólogos estatales, que apoyaron en el traslado de los 33 migrantes, quienes fueron entregados al Instituto Nacional de Migración en Hidalgo, que se encargó de los trámites legales correspondientes para su deportación.
En tanto, los presuntos polleros y el tráiler fueron puestos a disposición del ministerio público federal; la unidad contaba con un sofisticado sistema de ventilación y calefacción para que las personas no tuvieran problemas de oxigenación y pudieran morir asfixiadas durante el trayecto, al parecer a la ciudad de Monterrey.
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