Trabajadores y bailarinas del table dance Cadillac se manifestaron en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) para acusar que servidores públicos de la Procuraduría capitalina violaron sus derechos durante el operativo contra trata que aplicaron el viernes. Ahí, los trabajadores de ese negocio, presentaron una queja ante la CDHDF, por los presuntos abusos por parte de personal de la PGJDf.
Alrededor de 15 mujeres de diferentes nacionalidades, encabezadas por la abogada Carla Román, señalaron que ellas no ejercían sexoservicio ni hubo trata ni una violación en el establecimiento; y mucho menos un rescate como lo afirmo la PGJDF ya que ellas conformaban al grupo de bailarinas de ese lugar, al que acudian a laborar como lo hace cualquier madre soltera para mantener a sus hijos por conveniencia propia.
Incluso, advierte Carla; "de aquí muchas han pagado sus carreras y otras continúan pagando universidades algunas de ellas ahora son abogadas, ahora tenemos a 50 familias sin sustento".
En este sentido Pidieron a la Presidenta de la Asociación civil Unidos Contra la Trata A.C. Rosi Orozco que les ayude e encontrar un empleo para poder sufragar sus gastos inmediatos y demostrar la efectividad de su asociación.
"Nosotras las bailarinas del club bar Cadillac suscribimos la presente queja, manifestando antes que nada, que ejercemos dignamente nuestra profesión en este lugar, sin que nunca, ni por ningún motivo, haya existido algún tipo de engaño, coacción, amenazas o hayamos sido forzadas para ejercerla dentro de nuestro centro de trabajo", indica la queja dirigida al Ombudsman capitalino, Luis González Placencia, y al Procurador, Rodolfo Ríos.
Las mujeres, de entre 25 y 30 años de edad, que portaban cartulinas con la leyenda "somos bailarinas, no sexoservidoras", aseguraron en la denuncia ante la CDHDF que el día del operativo, los policías les informaron que buscaban a una menor de edad extraviada y les pidieron abordar una unidad, posteriormente las obligaron a firmar su declaración.
"En el centro de detención en el cual nos mantuvieron incomunicadas por mucho tiempo, nos robaron nuestros objetos personales y vimos con tristeza cómo de una manera injusta y arbitraria consignaban a nuestros compañeros de trabajo" indica la queja.
"Ya estando en la PGJ, nos tenían encerradas en un cubículo sin que nadie nos explicara el motivo por el cual estuvimos detenidas, pasaron ocho horas para decirnos que estábamos en calidad de víctimas", se consigna en el documento."¿Qué acaso no se dan cuenta de que dejan a muchas familias desamparadas, sin el sustento diario, cómo es que piensan que vamos a mantener a nuestras familias? Es injusto".
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