MUJICA, Mich, (OEM).- El pasado lunes, un nutrido grupo de manifestantes, encabezados por el presidente municipal de esta demarcación, Casimiro Quezadas Casillas y la alcaldesa de Parácuaro, Lucila Barajas Vázquez, cerraron la circulación vehicular en la glorieta de Cuatro Caminos, ubicada en esta región, donde se confrontaron con elementos del Ejército Mexicano, cuando impidieron el paso a varios de ellos, con la exigencia de que desarticularan los grupos de autodefensa.
Todo comenzó al filo de las 11:20 horas; instante en que al menos mil personas que dijeron pertenecer a distintos pueblos de esta municipalidad y de Parácuaro bloquearon el paso en los cuatro puntos de la glorieta de Cuatro Caminos que van a Apatzingán, Pátzcuaro, Uruapan y Gambara, para lo cual utilizaron cuatro traileres, tres camiones tipo volteo y cinco automóviles particulares, con el reclamo de que las autodefensas siguen avanzando y no hay quien las frene, según referían.
Al respecto, la edil Lucila Barajas gritó en reiteradas ocasiones y por medio de un megáfono, que en su municipio la gente no quiere a los guardias de autodefensa, que de acuerdo con su personal punto de vista, sólo mantienen secuestrado al pueblo y sin permitir la salida de los ciudadanos.
Además, solicitó la intervención inmediata de la milicia y del gobierno federal, para que le permitan regresar a gobernar a su alcaldía, que indicó está tomada por los integrantes del Consejo de Autodefensas de Michoacán.
Fue así, que cuando todo esto ocurría dos patrullas de soldados pasaron por la zona y los quejosos les cerraron el paso; además, les exigían que los acompañaran a Parácuaro para expulsar de ahí a los guardias de autodefensa.
Es así, que por casi dos horas los manifestantes tuvieron acorralados a los militares, hasta que más tarde aproximadamente un centenar de efectivos de la Sedena, a bordo de más de 200 vehículos, llegó a la zona del conflicto y tras un largo diálogo con los inconformes, los mandos castrenses lograron destrabar la situación alrededor de las 15:00 horas.
Posteriormente, cerca de las 18:00 horas, un contingente de al menos 500 parroquianos, supuestamente de Parácuaro, que estaban unidos a la manifestación se retiraron a sus respectivos domicilios, pero hasta el cierre de esta edición los caminos antes mencionados quedaron cerrados al tráfico vehicular.
En torno a la retención de los militares, el Procurador de Michoacán, Marco Vinicio Aguilera Garibay, dijo textualmente: "A los militares no se les retiene, ellos tienen un protocolo muy estricto y no avanzan cuando consideran que pueden poner en riesgo la integridad de las personas, tampoco caen en confrontaciones y se apegan al respeto de los derechos humanos".
Todo comenzó al filo de las 11:20 horas; instante en que al menos mil personas que dijeron pertenecer a distintos pueblos de esta municipalidad y de Parácuaro bloquearon el paso en los cuatro puntos de la glorieta de Cuatro Caminos que van a Apatzingán, Pátzcuaro, Uruapan y Gambara, para lo cual utilizaron cuatro traileres, tres camiones tipo volteo y cinco automóviles particulares, con el reclamo de que las autodefensas siguen avanzando y no hay quien las frene, según referían.
Al respecto, la edil Lucila Barajas gritó en reiteradas ocasiones y por medio de un megáfono, que en su municipio la gente no quiere a los guardias de autodefensa, que de acuerdo con su personal punto de vista, sólo mantienen secuestrado al pueblo y sin permitir la salida de los ciudadanos.
Además, solicitó la intervención inmediata de la milicia y del gobierno federal, para que le permitan regresar a gobernar a su alcaldía, que indicó está tomada por los integrantes del Consejo de Autodefensas de Michoacán.
Fue así, que cuando todo esto ocurría dos patrullas de soldados pasaron por la zona y los quejosos les cerraron el paso; además, les exigían que los acompañaran a Parácuaro para expulsar de ahí a los guardias de autodefensa.
Es así, que por casi dos horas los manifestantes tuvieron acorralados a los militares, hasta que más tarde aproximadamente un centenar de efectivos de la Sedena, a bordo de más de 200 vehículos, llegó a la zona del conflicto y tras un largo diálogo con los inconformes, los mandos castrenses lograron destrabar la situación alrededor de las 15:00 horas.
Posteriormente, cerca de las 18:00 horas, un contingente de al menos 500 parroquianos, supuestamente de Parácuaro, que estaban unidos a la manifestación se retiraron a sus respectivos domicilios, pero hasta el cierre de esta edición los caminos antes mencionados quedaron cerrados al tráfico vehicular.
En torno a la retención de los militares, el Procurador de Michoacán, Marco Vinicio Aguilera Garibay, dijo textualmente: "A los militares no se les retiene, ellos tienen un protocolo muy estricto y no avanzan cuando consideran que pueden poner en riesgo la integridad de las personas, tampoco caen en confrontaciones y se apegan al respeto de los derechos humanos".
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