Alerta Iglesia a no perder la fiesta de La Candelaria

Ge­no­ve­va Or­tiz

La fies­ta de La Can­de­la­ria pue­de que­dar des­pla­za­da y co­mo una sim­ple tra­di­ción, si no co­no­ce­mos su sig­ni­fi­ca­do au­tén­ti­co, aler­tó la Igle­sia Ca­tó­li­ca.

Du­ran­te la mi­sa do­mi­ni­cal ce­le­bra­da en la Ca­te­dral Me­tro­po­li­ta­na, el ar­zo­bis­po pri­ma­do de Mé­xi­co ex­pli­có que La Can­de­la­ria es la fies­ta del en­cuen­tro con Cris­to y de las can­de­las que son la luz.

Se pre­sen­ta co­mo una rea­li­dad, don­de la Hu­ma­ni­dad se en­cuen­tra con el Se­ñor en el Tem­plo, que es don­de se pre­sen­ta al Ni­ño Je­sús y es pro­cla­ma­do co­mo el Me­sías.

Ex­pli­có que es en­ton­ces en el tem­plo, don­de los fie­les en­cuen­tran al Se­ñor y lo lle­van a to­dos los lu­ga­res que los ro­dean, ya sea la ca­sa, el tra­ba­jo o la es­cue­la.

Por ello, lla­mó al pue­blo ca­tó­li­co a ilu­mi­nar con la luz de Cris­to a to­dos aque­llos que se en­cuen­tren en el ca­mi­no, pa­ra trans­mi­tir el men­sa­je de amor a una so­cie­dad que se en­cuen­tra apri­sio­na­da por el egoís­mo, la vio­len­cia y el odio.

Aler­tó que no hay que ha­cer­se ilu­sio­nes, por­que amar es muy di­fí­cil, por­que pri­me­ro hay que amar­se a sí mis­mo, pa­ra po­der amar a los de­más.

"Je­sús nos di­jo que ha­bía ve­ni­do a traer fue­go a la tie­rra... el fue­go del amor, del es­pí­ri­tu del amor; ese fue­go de­be des­con­ge­lar nues­tro mun­do apri­sio­na­do por el egoís­mo, por la vio­len­cia, por el odio", di­jo du­ran­te la ho­mi­lía que ce­le­bró es­te do­min­go en Ca­te­dral.

El nom­bre de La Can­de­la­ria vie­ne des­de me­dia­dos del si­glo V, cuan­do es­ta fies­ta se ce­le­bra­ba con lu­ces por lo que la lla­ma­ban la fies­ta de las lu­ces o de La Can­de­la­ria, y se uti­li­za­ban las can­de­las por­que el an­cia­no Si­meón cuan­do vio al ni­ño Je­sús, ese día que lo pre­sen­ta­ban Jo­sé y Ma­ría di­jo que iba a ser luz de las na­cio­nes.

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