MIACATLAN, Mor.- El pueblo que lo vio nacer despidió a Edgar Tamayo Arias, como él quería con banda y chinelos. Así empezó el último recorrido por su pueblo.
La explosión de cohetones rompía el silencio momentáneo para que empezara nuevamente a entonarse canciones como "Un Puño de Tierra" y "El Hijo Desobediente".
Además la canción "Inyección Letal" de Los Tigres del Norte era entonada en cada calle de este pueblo: "Los canijos gringos me tienen cautivo/siendo inocente/sin tener delito a mí me aplicaron/la pena de muerte/todo el mundo sabe que a veces exceden/su infame injusticia /y a su paso matan a gente inocente/hay muchos racistas".
Fueron las notas que lo acompañaron al salir de su casa con destino a la iglesia del pueblo, donde se ofició una misa de cuerpo presente por el eterno descanso de su alma.
La parroquia de San Mateo Apóstol lo esperaba; familiares y amigos escucharon la palabra de Dios, y el mensaje del obispo que pidió a todos orar por su eterno descanso y porque sus padres y familiares encuentren pronto consuelo.
A una cuadra de la parroquia, se encuentra el panteón de Dolores, donde se agolpó la gente para ver el momento en que Edgar llegaría al lugar donde descansará eternamente.
En el campo santo del pueblo se designó el pedazo de tierra donde descansan los restos de Edgar Tamayo, quien fue ejecutado con una inyección letal el pasado miércoles 22 en la prisión de Huntsville, Texas.
Al empezr a caer al atardecer, descendió lentamente el ataúd con los restos mortales de Edgar Tamayo Arias, mientras que chinelos bailaban, como fue su voluntad.
A lo lejos los gritos de: "Te queremos Edgar, te queremos", despedían a Tamayo rodeado de coronas, flores, banda, chinelos e incluso de la quema de toritos.
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La explosión de cohetones rompía el silencio momentáneo para que empezara nuevamente a entonarse canciones como "Un Puño de Tierra" y "El Hijo Desobediente".
Además la canción "Inyección Letal" de Los Tigres del Norte era entonada en cada calle de este pueblo: "Los canijos gringos me tienen cautivo/siendo inocente/sin tener delito a mí me aplicaron/la pena de muerte/todo el mundo sabe que a veces exceden/su infame injusticia /y a su paso matan a gente inocente/hay muchos racistas".
Fueron las notas que lo acompañaron al salir de su casa con destino a la iglesia del pueblo, donde se ofició una misa de cuerpo presente por el eterno descanso de su alma.
La parroquia de San Mateo Apóstol lo esperaba; familiares y amigos escucharon la palabra de Dios, y el mensaje del obispo que pidió a todos orar por su eterno descanso y porque sus padres y familiares encuentren pronto consuelo.
A una cuadra de la parroquia, se encuentra el panteón de Dolores, donde se agolpó la gente para ver el momento en que Edgar llegaría al lugar donde descansará eternamente.
En el campo santo del pueblo se designó el pedazo de tierra donde descansan los restos de Edgar Tamayo, quien fue ejecutado con una inyección letal el pasado miércoles 22 en la prisión de Huntsville, Texas.
Al empezr a caer al atardecer, descendió lentamente el ataúd con los restos mortales de Edgar Tamayo Arias, mientras que chinelos bailaban, como fue su voluntad.
A lo lejos los gritos de: "Te queremos Edgar, te queremos", despedían a Tamayo rodeado de coronas, flores, banda, chinelos e incluso de la quema de toritos.
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