CARACAS, Venezuela, (OEM-AP).- Leopoldo López, una de las cabezas de la oposición venezolana, se presentó hoy martes en una multitudinaria marcha y luego de un breve discurso se entregó a las autoridades para enfrentar un proceso por su presunta responsabilidad en los hechos violentos de la semana pasada.
López descartó marchar, como estaba previsto, afirmando que lo hacía para evitar hechos de violencia.
"Tenía opción de irme, pero no me voy a ir de Venezuela nunca. La otra opción era quedarme escondido en la clandestinidad y no tenemos nada que esconder", dijo López ante miles de sus seguidores poco antes de caminar hacia un cordón policial que atravesó para entregarse a las autoridades.
Agregó que se presentaba "ante una justicia corrupta" y destacó que si su arresto permite a "Venezuela despertar definitivamente y para que los venezolanos que queremos el cambio, mi encarcelamiento valdrá la pena".
"Les ruego que cuando yo pase y me entregue, les pido por favor que tengamos prudencia, sin confrontación", dijo López, quien megáfono en mano y sobre el pedestal de una estatua se dirigió a los manifestantes, muchos de ellos estudiantes.
Resaltó que el lugar escogido para entregarse fue elegido para explicar de viva voz las razones de su lucha.
"Esta lucha sí es por nuestros jóvenes, sí es por los estudiantes, por los reprimidos, por los encarcelados, por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo colas, escasez, los jóvenes no tienen empleo ni futuro", enfatizó.
"No arriesgaré a nadie, no caigamos en violencia", agregó. Seguidamente avanzó y se montó en un vehículo blindado de la Guardia Nacional. Fue acompañado hasta el cordón policial por periodistas y un puñado de personas que no pudieron ir más allá de los piquetes policiales.
Las autoridades abrieron contra López, de 42 años, y dirigente de la organización opositora Voluntad Popular, un proceso por su presunta responsabilidad en los violentos incidentes que se registraron el 12 de febrero en Caracas tras una multitudinaria marcha de universitarios y opositores contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Los manifestantes señalan al gobierno de Maduro y de su predecesor Hugo Chávez, de ser los responsables de los altos índices de criminalidad y de otros problemas que agobian a los venezolanos como la galopante inflación y la escasez de bienes y servicios de primera necesidad.
Los homicidios se han cuadruplicado en 15 años, según el Observatorio Venezolano de Violencia, que señaló que 2013 culminó con 24,763 muertes violentas.
López descartó marchar, como estaba previsto, afirmando que lo hacía para evitar hechos de violencia.
"Tenía opción de irme, pero no me voy a ir de Venezuela nunca. La otra opción era quedarme escondido en la clandestinidad y no tenemos nada que esconder", dijo López ante miles de sus seguidores poco antes de caminar hacia un cordón policial que atravesó para entregarse a las autoridades.
Agregó que se presentaba "ante una justicia corrupta" y destacó que si su arresto permite a "Venezuela despertar definitivamente y para que los venezolanos que queremos el cambio, mi encarcelamiento valdrá la pena".
"Les ruego que cuando yo pase y me entregue, les pido por favor que tengamos prudencia, sin confrontación", dijo López, quien megáfono en mano y sobre el pedestal de una estatua se dirigió a los manifestantes, muchos de ellos estudiantes.
Resaltó que el lugar escogido para entregarse fue elegido para explicar de viva voz las razones de su lucha.
"Esta lucha sí es por nuestros jóvenes, sí es por los estudiantes, por los reprimidos, por los encarcelados, por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo colas, escasez, los jóvenes no tienen empleo ni futuro", enfatizó.
"No arriesgaré a nadie, no caigamos en violencia", agregó. Seguidamente avanzó y se montó en un vehículo blindado de la Guardia Nacional. Fue acompañado hasta el cordón policial por periodistas y un puñado de personas que no pudieron ir más allá de los piquetes policiales.
Las autoridades abrieron contra López, de 42 años, y dirigente de la organización opositora Voluntad Popular, un proceso por su presunta responsabilidad en los violentos incidentes que se registraron el 12 de febrero en Caracas tras una multitudinaria marcha de universitarios y opositores contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Los manifestantes señalan al gobierno de Maduro y de su predecesor Hugo Chávez, de ser los responsables de los altos índices de criminalidad y de otros problemas que agobian a los venezolanos como la galopante inflación y la escasez de bienes y servicios de primera necesidad.
Los homicidios se han cuadruplicado en 15 años, según el Observatorio Venezolano de Violencia, que señaló que 2013 culminó con 24,763 muertes violentas.
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