Raúl Macías, Fotos: Luis A. Barrera
En medio de desperdicios un hombre dejó de existir por causas que se desconocen; los vecinos de la Colonia Gabriel Hernández de la Delegación Gustavo A. Madero indicaron que se trataba de una persona que vivía en situación de calle.
La gente lo veía ir y venir todos los días, acumulaba desperdicio a su alrededor y sobrevivía de lo poco de alimento que le regalaban los vecinos.
Ayer notaron que dejó de moverse en los horarios en los que normalmente lo hacía, y el olor era más intenso que otras veces, por lo que la gente de la calle Finisterre, de la citada colonia, solicitó el apoyo de los elementos de la Policía Preventiva.
En el lugar se presentaron los uniformados, y luego de moverlo, como no respondía, solicitaron el apoyo de los cuerpos de urgencias.
Los paramédicos certificaron que el hombre había dejado de existir, en la soledad, junto a lo que era su hogar, sin nadie que lo acompañara en el último suspiro.
Los uniformados solicitaron la presencia del ministerio público correspondiente, y luego de algunas horas se presentó en el lugar para realizar la inspección ocular de rigor, y ordenó que el cuerpo fuera trasladado al Servicio Médico Forense.
Quizás nadie reclame el cuerpo de una persona que en los últimos años habló con pocos y nadie sabía su nombre, ni cuándo ni cómo llegó a ese lugar, y de igual forma murió, sin que nadie se diera cuenta cómo ni en qué momento.
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En medio de desperdicios un hombre dejó de existir por causas que se desconocen; los vecinos de la Colonia Gabriel Hernández de la Delegación Gustavo A. Madero indicaron que se trataba de una persona que vivía en situación de calle.
La gente lo veía ir y venir todos los días, acumulaba desperdicio a su alrededor y sobrevivía de lo poco de alimento que le regalaban los vecinos.
Ayer notaron que dejó de moverse en los horarios en los que normalmente lo hacía, y el olor era más intenso que otras veces, por lo que la gente de la calle Finisterre, de la citada colonia, solicitó el apoyo de los elementos de la Policía Preventiva.
En el lugar se presentaron los uniformados, y luego de moverlo, como no respondía, solicitaron el apoyo de los cuerpos de urgencias.
Los paramédicos certificaron que el hombre había dejado de existir, en la soledad, junto a lo que era su hogar, sin nadie que lo acompañara en el último suspiro.
Los uniformados solicitaron la presencia del ministerio público correspondiente, y luego de algunas horas se presentó en el lugar para realizar la inspección ocular de rigor, y ordenó que el cuerpo fuera trasladado al Servicio Médico Forense.
Quizás nadie reclame el cuerpo de una persona que en los últimos años habló con pocos y nadie sabía su nombre, ni cuándo ni cómo llegó a ese lugar, y de igual forma murió, sin que nadie se diera cuenta cómo ni en qué momento.
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